Sur del Lago — Ramón Hernández Carruyo Hernández, de 84 años, amarró un mecate en una viga de la sala de su casa, lo ató por el otro cabo a su cuello y se lanzó al vacío con ayuda de una silla del comedor. Murió asfixiado.
Ayer, a las 8:00 de la mañana su hijo menor, Mervin Carruyo lo encontró guindando en medio del techo de la sala, amoratado y frío. Entre gritos y temblando de la impresión el desconcertado hijo pidió ayuda. Lo bajaron y fue llevado hasta a un ambulatorio clínico, pero ingresó sin signos vitales.
El hecho se registró en el barrio Virgen en la población de Encontrados, municipio Catatumbo. Allegados comentaron que el mismo sufría de alzhéimer y tenía trastornos mentales.
Comente