Mientras acompañaba al centro de acopio integral Rafael Urdaneta a su abuela María Marrufo, como todos los miércoles, el pequeño Mario Andrés González Palmar, de apenas 6 años, perdió la vida en un terrible accidente, cuando una falla mecánica originó que una camioneta chocara contra un pesado portón y se viniera a abajo. La criatura estaba haciendo la cola con su abuela y otras personas. Uno de los presentes trasladó al menor hasta el Hospital General del Sur, pero el niño murió a pocos minutos de su ingreso. La conductora de la camioneta, una mujer discapacitada de una pierna, sufrió una crisis nerviosa. Pese a la fatídica situación, en el sitio se volvió a levantar la pesada estructura metálica y los presentes continuaron con su cola para adquirir el producto regulado del día.
Maracaibo — Como todos los miércoles, un niño y su abuela —María Marrufo— estaban en el Centro de Acopio Integral Rafael Urdaneta, en la vía que conduce hacia el aeropuerto, para conseguir los productos regulados. Este lunes iban para comprar pollo.
Ayer a las 6:30 de la mañana, otra bodeguera permanecía en la parte de afuera del establecimiento montada en su camioneta C-10 Chevrolet, roja con gris, placas 023-VAO, aparentemente un desperfecto mecánico en los frenos de la unidad hizo que la mujer discapacitada perdiera el control colisionando contra el portón principal. Lo que ocasionó que este cayera encima del infante Mario Andrés González Palmar, quien quedó aplastado por la estructura de hierro de 20 metros.
Su abuela quedó consternada. Quienes aguardaban en la cola desesperadamente llamaron a una ambulancia del 171, pero esta llegó una hora más tarde.
Uno de los presentes decidió montar al menor en su vehículo y llevarlo al Hospital General del Sur (HGS), donde desafortunadamente llegó agonizando y minutos después murió.
La conductora del vehículo, de nombre Miriam Inciarte (38) entró en una crisis de nervios y fue calmada por los empleados del Mercal.
Su sobrino, Darwin Sierra, indicó que a Inciarte le falta la pierna derecha, sufre de la tensión y cada miércoles asiste al centro de acopio por orden del código asignado para reabastecer su bodega en la urbanización La Rotaria.
Pérdida irreparable
En la morgue del HGS, una veintena de familiares del pequeño Mario González lloraban de manera incesante.
Sus padres entre sollozos repetían una y otra vez: «Mi único hijo, ¿cómo te fuiste?, ¿cómo nos dejaste solos?».
El niño presentó fractura de costillas y un trauma craneoencefálico severo, tras el fatal incidente, residía en la calle 13 de la urbanización Urdaneta, vereda 2, casa número 59.
Se supo que el menor era sobrino de un comisionado de la policía del estado Zulia.
Increíblemente, minutos después del accidente de la criatura en la venta de comida al mayor, las personas rehicieron la cola nuevamente sin inmutarse con lo ocurrido, y se formaron para comprar el producto regulado del día.
Fotos: Diego Graterol
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