Muerte selectiva, una práctica paramilitar

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8 de octubre, 2014 - 6:16 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Los asesinatos de figuras emblemáticas de la revolución bolivariana parecen ser una copia fiel de las realizadas en Colombia con representantes de la Unión Patriótica.

Este martes, la diputada para la Asamblea Nacional, Nancy Ascencio, aseguró que los asesinatos de “Eliécer Otaiza, Danilo Anderson y Robert Serra, no son asesinatos normales en Venezuela. Esos modelos no son nuestros. Esos modelos son de Colombia. La forma vil y criminal en cómo lo hicieron tiene que ser de grupos organizados. El crimen fue un 99% perfecto”, afirmó.

El propio presidente de la república, Nicolás Maduro, señaló que «Los autores intelectuales estoy más que seguro están fuera del país, por las informaciones que manejo, apuntan hacia Colombia y la banda de criminales que ha dirigido toda la vida el expresidente Álvaro Uribe».

Como se recordará el diputado y su compañera, María Herrera, fueron hallados en la casa de Serra ubicada en La Pastora a las 10:30 de la noche del miércoles 1 de octubre.

El cuerpo del parlamentario del PSUV mostraba 50 puñaladas que le fueron asestadas en el pecho, a la altura del corazón. Además, estaba maniatado y amordazado. A Herrera le contaron entre 5 y 10 heridas punzo penetrantes en el cuerpo.

¿Premonición?

El ensañamiento de este crimen y la tesis de una conexión del senador colombiano Álvaro Uribe Vélez, Lorent Saleh y grupos paramilitares no es descabellada. De hecho, el parlamentario –quizás acusó indirectamente a sus asesinos – dijo lo siguiente sobre estos y otros personajes en el programa de Venezolana de Televisión Zurda Konducta:

“Que el país observe lo que está ocurriendo. ¿Por qué el primero que salió en defensa de Lorent Saleh fue Álvaro Uribe Vélez? Porque hay intereses directamente relacionados, entre el paramilitarismo que dirigió personalmente y que aún dirige en Colombia y estos hechos despreciables”.

“Si nosotros revisáramos en retroactivo la perimetría de lo que fueron los caídos en los últimos hechos de guarimba, un tiro certero a la cabeza, de balas 9 mm o de alto calibre. Un tiro certero. No cualquier tirador tiene esa capacidad para hacerlo”.
“Y mira esta sinvergüenzura de Lorent Saleh, que dice: ‘Tenemos la fachada diplomática con esto de la Operación Libertad”. Con elocuencia se refiere al líder de Operación Libertad, uno de los “pacíficos estudiantes opositores a Maduro”.

También lee un tuit de María Corina Machado en el que dice: “Todo el mundo sabía lo que le esperaba a Lorent Saleh y Gabriel Valles en manos del régimen”. Y Robert vuelve a acusar: “¡No! No lo sabían todos. ¡Lo sabías tú, sinvergüenza, porque estás en el plan! Lo sabías tú, lo sabía Antonio Ledezma, lo sabía Leopoldo López y lo sabía Álvaro Uribe, que son los que están en el plan de desestabilizar la democracia. Ahora lo sabemos muchos”.

Diversas tesis

David Delgado Iturriza, criminólogo y docente de la Universidad de Los Andes, maneja varias posturas con respecto a la tesis del paramilitarismo adelantada desde sectores del Gobierno nacional. “Con respecto al tema del diputado Serra me parece adelantado decir algo porque se desconocen muchos elementos. Bien pudiésemos estar frente a un problema interno de colectivos que desconocen liderazgos o de otro tipo de organización violenta”.

Sobre el hecho que pretenda buscar nexos entre este caso y los crímenes contra Eliécer Otaiza y el fiscal Danilo Anderson, el especialista señaló que “decir que son paramilitares se hace más por el hecho de lo violento de la acción, que porque existan elementos de prueba”.

El primero en asomar la tesis

El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, desde su perfil de Twitter se refirió al asesinato del joven diputado venezolano Robert Serra, ocurrido en Caracas el pasado miércoles.

“Asesinato del joven diputado Robert Serra en Venezuela es una preocupante señal de infiltración del paramilitarismo colombiano”, escribió el expresidente colombiano en la red social. Añadiendo luego que su obligación como máximo vocero de esa organización es “prevenir y, de alguna manera, denunciar cualquier posibilidad o amenaza que exista contra la estabilidad de un gobierno democrático que forma parte de Unasur”.
El expresidente de Colombia tildó de “absolutamente insólito” el homicidio, esperando su pronto esclarecimiento “por el bien de la estabilidad de Venezuela”, país que “era también una zona libre de conflicto violento como podemos tener en Colombia”.

Samper explicó que la tesis de que el paramilitarismo estaría ingresando al país vecino, como lo denunciaron el fallecido expresidente Hugo Chávez en su momento y luego el actual mandatario, Nicolás Maduro, se explicaría porque el diputado asesinado estaba, al parecer, investigando los vínculos de Lorent Enrique Gómez Saleh y Gabriel Valles, los dos jóvenes que el gobierno colombiano deportó a Venezuela a comienzos de septiembre.
“Me parece muy grave, porque esto estaría confirmando que esa gente estaría entrando a Venezuela”, le comentó Samper a el diario colombiano EL TIEMPO.

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Uribe «El paramilitar»

Desde que en 2006 se desató el escándalo de la “parapolítica”, más de 55 miembros y ex miembros del Congreso han sido condenados por sus nexos con paramilitares. En agosto de 2013, la Corte Suprema dispuso el arresto de Luis Alfredo Ramos, presidente del Senado en el período 2002-2003, gobernador de Antioquia de 2008 a 2011 y aspirante a las elecciones presidenciales de 2014.

El expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) y sus allegados enfrentaron cada vez más señalamientos de presuntos vínculos con paramilitares. En 2013, la Fiscalía reabrió una investigación preliminar sobre supuestos vínculos entre Uribe y paramilitares. Uribe niega tales acusaciones. La Fiscalía también llamó a indagatoria a Santiago Uribe, hermano del ex presidente, en relación con el presunto rol que el primero tuvo en la conformación de un grupo paramilitar y un asesinato ocurrido en el departamento de Antioquia en la década de 1990.

En octubre de 2013, la Fiscalía identificó formalmente al jefe de seguridad de Uribe durante su presidencia, el general de Policía retirado Mauricio Santoyo, como presunto implicado en la investigación sobre la “desaparición” forzada de dos activistas de derechos humanos en 2000. En 2012, Santoyo se declaró culpable de colaborar con paramilitares entre 2001 y 2008 en la justicia federal de Estados Unidos.

El informe también revela que Estados Unidos sigue siendo el actor extranjero con mayor influencia en Colombia. En 2013, aportó cerca de US$ 473 millones para asistencia, de los cuales el 59 por ciento se destinó a las fuerzas armadas y la Policía. Una proporción de la ayuda militar proveniente de Estados Unidos está supeditada a requisitos en materia de derechos humanos, si bien el Departamento de Estado de ese país no ha exigido su cumplimiento.

Este fenómeno del paramilitarismo y sus masacres políticas no es nuevo. Se ensaña continuamente contra militantes y dirigentes de izquierda. La cacería contra la Unión Patriótica (UP) y el Partido Comunista de Colombia (PCC), dejaron entre 1987 y 1992 el macabro saldo de muerte de los candidatos presidenciales de la UP, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo. Además, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y alrededor de 5.000 de sus militantes también fueron ajusticiados.

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Fotos: Agencias

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