Mototaxistas asesinados en El Samán tuvieron una riña poco antes del suceso

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13 de febrero, 2015 - 4:33 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Dos versiones se manejan sobre la muerte de Cubillán y Duque, ambas apuntan a que el oficio de mototaxista era una fachada

Foto: Carmen Salazar

Al parecer, Grégory Cubillán y Wilfredo Duque azotaban El Soler, El Samán y El Caujaro, y su muerte fue un ajuste de cuentas

San Francisco
— A eso de las 10:00 de la noche de este miércoles fueron acribillados Grégory Cubillán (23) y Wilfredo Duque (27), alias «Sindi Sin Dientes», frente al centro comercial El Samán, en la entrada de Los Cortijos en el municipio San Francisco.

Los hombres fueron sorprendidos por un par de pistoleros que se desplazaban en un vehículo Malibú blanco con vidrios ahumados, quienes  presuntamente los estaban esperando para cometer el crimen.

A pesar de la hora, en el lugar se encontraban algunos  puestos de comida y frutería abiertos y uno de los trabajadores de un carrito de perrocalientes fue alcanzado por una bala de la ráfaga que provocaron los asesinos.

Varias son las versiones que se tejen sobre el suceso, la primera revela que ambos sujetos se encontraban en el Sport Book Elimer, ubicado en el CC El Samán y surgió una discusión con otros hombres, generándose una pelea hasta con botellas, de donde debieron retirarse  por exigencias de los propietarios. Al salir, estos eran esperados por sus verdugos, quienes les propinaron unos 40 disparos aproximadamente.

La segunda versión da cuenta  de que los occisos habrían tenido una discusión más temprano por defender a una persona y los atacantes no habrían quedado conformes con esta acción por lo que decidieron vengarse. Ambas hipótesis son manejadas por el Cuerpo de Investigaciones, científicas, penales y criminalísticas (CICPC) para determinar las verdaderas causas.

Sin embargo, una fuente policial informó que ambos sujetos eran delincuentes y pertenecían a una banda que mantenía en zozobra a los vecinos de la zona de El Soler, El Samán y El Caujaro y sus muertes eran producto de un ajuste de cuentas. Trascendió que el trabajo de mototaxistas era una cortina de humo para cometer sus fechorías.

Mientras tanto, familiares de «Sindi» aseguraron que el hombre se ganaba la vida desde hace tres años, laborando como mototaxista en la línea La Bendición de Dios y nunca había tenido problemas con nadie.

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