«No es culpa de nadie, pasó porque tenía que pasar»

Foto: Alfredo Chinaleong

Maracaibo — Como si hubieran sido olvidados por Dios, en el barrio San Sebastián, dentro del ranchito que compartió con su familia, permaneció el cuerpo de  Amelia Josefina Urdaneta Epinayú, de 10 años, quien fue sepultada este sábado a las 11:00 a.m. en el cementerio San Sebastián.

David Urdaneta, su padre, reflexionó: «No le hecho la culpa a nadie, pasó porque tenía que pasar», al tiempo que relató que la niña siempre estaba jugando junto a sus hermanos y que «hace tres meses, haciendo la misma maroma con el mecate, se cayó, pero solo se hizo un chichote», dijo el progenitor.

Su hermano de 12 años, Segundo Urdaneta, apenas alcanzó a soltar la frase: «La voy a extrañar, yo siempre jugaba con ella», con voz entrecortada y con un esfuerzo como de hombre por no soltar el llanto.

El hecho

La infante murió trágicamente la mañana del jueves, cuando jugaba a columpiarse con un mecate dispuesto en uno de los árboles, buscó un banquillo para montarse y no alcanzó a sostenerse, soltó las manos y su cabeza quedó dentro de la soga. Sus hermanitos de 4 y 5 años solo la miraron mientras pataleaba antes de morir, la inocencia de ambos impidió que reconocieran lo que había sucedido.