Los maleantes fueron en búsqueda de dólares, teléfonos, y computadoras, pero consiguieron la muerte, la cual los sorprendió en medio de la faena delincuencial de la que no escaparon
Foto: Wilmer Cubillán / Cortesía
Maracaibo — Horas de terror y pánico invadió a 12 integrantes de la familia Rivero, quienes fueron víctimas del hampa durante dos horas y que además vivieron la muerte de cerca cuando los protagonistas de la escena hamponil fueron liquidados por los organismos de seguridad que no están dando tregua alguna.
El hecho delincuencial se registró el jueves en el barrio 23 de Enero, sector Haticos por arriba, parroquia Cristo de Aranza.
El hecho
Eran las 10:50 de la noche. El grupo familiar se encontraba frente a su vivienda disfrutando de una conversación amena, cuando la delincuencia los azotó.
Dos hombres entraron por la calle 113 del referido sector, según lo manifestado por los testigos, sus rostros no se evidenciaban por la oscuridad que reina en las calles de la barriada.
Sus rostros fueron observados, cuando ingresaron a la vivienda 118-45 y sin titubeo alguno relucieron dos escopetas y sometieron a los Rivero.
La familia fue sometida y encerrada: seis en una habitación, tres en otras, dos en el patio, mientras que a otro integrante de quien se conoció se llama Jimmy lo amarraron con un gancho de ropa y les exigían que dijera donde estaban las pertenencias.
«Esto es un atraco, dónde están los dólares, los teléfonos y las computadores (…), sin no habláis te vamos a matar», decían los delincuentes.
Las amenazas fueron escuchadas por el novio de una de las víctimas, con quien hablaba vía Skype desde una tercera habitación a donde también entraron los maleantes. Su novio ante las amenazas que escuchó a través de la red social, notificó el hecho a funcionarios del Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (CPBEZ) y a los de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes tomaron de sorpresas a los delincuentes.
Los maleantes al verse sometido dispararon a las comisiones desde el interior de la vivienda, y aunque fueron heridos se resistían a abrir la puerta de la residencia.
Se arrepintieron
Los delincuentes identificados como Rafael Antonio Orozco Núñez y Elvin Enrique Núñez Ebrat, quienes eran primos, ante la escena sangrienta que los cubría pedían clemencia. «No nos dejen morir (…), nosotros no queríamos hacer esto», exclamaban mientras estaban tirados sobre la cama de una de las habitaciones.
Cuando los funcionarios lograron entrar, trasladaron los cuerpos de los primos hasta el Hospital General del Sur (HGS), donde fallecieron a los pocos minutos de su ingreso.
Extraoficialmente se conoció que Jimmy, uno de los sometidos, acababa de llegar de Trinidad y Tobago, por lo que la familia deduce que fue un robo planificado. «Pensaron que encontrarían fortuna y encontraron la muerte», manifestó una de las agraviadas.
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