Fotos: Diego Graterol
Desconsolada, la madre de Iván Antonio Báez (17), uno de los jóvenes ultimados en Mara el pasado martes, lloró por la trágica muerte de su hijo. Llegó a la medicatura forense de LUZ por la descripción publicada en la prensa sobre la vestimenta de los muchachos. Los parientes de Haidel Pérez (24) junto a los de Báez, explicaron que no sabían nada de sus familiares desde el lunes en la mañana
Mara — La clara mañana de ayer se volvió muy oscura para las dos familias de los jóvenes de la etnia wayúu encontrados muertos el pasado martes en una trilla del sector La Rinconada, cuando al llegar a la medicatura forense de la Universidad del Zulia (LUZ) reconocieron a sus familiares.
Las familias explicaron que se enteraron por la descripción de la vestimenta que ofreció la prensa sobre los occisos.
Los fallecidos respondían al nombre de Haidel Pérez (24) e Iván Antonio Báez (17).
La mamá y la tía de Baéz manifestaron que los hombres eran amigos y que salieron de su casa, ubicada en la Villa Bolivariana I en Carrasquero, desde el lunes en la mañana. Su progenitora relató que su hijo le indicó que iban hasta Santa Cruz a reparar una moto, pero que desde la mañana del lunes cuando salieron no supieron más de ninguno de los dos.
Versiones encontradas
Yulibeth Ramos, esposa de Pérez, explicó que su suegra le había dicho que vio a su hijo la mañana del lunes cuando entró a una panadería de Carrasquero en compañía de una mujer de pelo largo, de color negro, quien vestía una blusa negra y short blanco y que juntos abordaron un carrito por puesto de la línea que cubre la ruta de El Moján.
Ramos contó: «Yo le escribí varios mensajes el lunes y él me estaba respondiendo, pero después en la tarde ya no respondió más mensajes ni me atendió las llamadas».
De igual modo, afirmó que actualmente estaba separada de Pérez.
Informó que Pérez era conocido como «El Negro» y que dejó en orfandad a un niño de un año y tres meses.
Añadió que trabajaba como mototaxista desde hace un tiempo.
«Yo me enteré que estaba desaparecido porque su mamá me llamó y luego me dijo que viniera a la morgue porque le habían dicho que su hijo estaba aquí», contó Ramos.
Móvil del crimen
Se presume que los hombres fueron asesinados para ajustar algunas cuentas pendientes que tenían. Ambos recibieron cuatro balazos en la cabeza.
Familiares de Pérez lamentaron la muerte del joven y no saben quién lo quería muerto
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