Los delincuentes no tienen consideración con los institutos que forman a los venezolanos que pueden levantar al país. Padres y representantes exigen mayor seguridad
Foto: Haroldo Gutiérrez (Pasante)
Maracaibo — En lo que va del año el hampa se ha ensañado con instituciones que en años anteriores era inimaginable que esto ocurriera, sobre todo cuando no queda mucho que llevarse, pues son repetidos los actos vandálicos.
Las escuelas son una de ellas, desvalijadas han quedado muchas, y nadie termina de hacer nada que efectivamente acabe con este flagelo como si olvidaran que el estado de nuestras escuelas representan la configuración social del futuro que nos tocará vivir.
En esta primera entrega daremos parte de cómo se encuentran algunas de ellas, mismas que se niegan a morir y que sobreviven gracias al temple de sus docentes que día a día van a trabajar.
Carmen América de Leoni (Primero de Mayo)
Esta institución ha sufrido mucho en manos del hampa, ubicada en el sector Primero de Mayo.
William Bolívar, vigilante del centro de educación inicial, declaró a este rotativo que se han reunido con comisiones del CICPC, Guardia Nacional Bolivariana y CPBEZ para solicitar resguardo a la institución educativa, sin tener una respuesta eficaz.
«Se ha desatado un vandalismo incontrolable, vienen muchos malandritos de los sectores vecinos y se roban los bombillos, hace dos meses se robaron un split y una bomba de agua y después el cableado de la institución, lo que los dejó un mes sin electricidad, teniendo la comunidad educativa que reunir para comprarlo.
Rómulo Gallegos
Un caso icónico de lo que el hampa destruye una institución educativa es el Rómulo Gallegos, ubicado en la avenida 19 del sector Paravia en Los Haticos.
A esta institución la han dejado hasta sin alumnos, por el peligro que representa ver clases en sus aulas —por lo menos llegar hasta ella— pues a muchos estudiantes los han atracado.
No tienen aires, ni filtros de agua, se roban los alimentos para el PAE, no tienen bombonas para el comedor, entre otros.
José Luis Leal, vecino de la comunidad, indicó que la institución parece una escuela embrujada.
«Está muy abandonada, de día no se ven casi muchachos y de noche no hay luz, lo que la convierte en una cueva de malandros», dijo Leal.
«Hace una semana la comunidad trancó la calle, en protesta para pedir seguridad, llegaron los policías y prometieron cuidar, pero no volvieron más, esa escuela está desvalijada.
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