De las tres personas ajusticiadas se conoció, que uno de ellos laboraba como taxista desde hace 5 años, en una reconocida línea
Uno de los ajusticiados quedó tendido en la calle 113 del barrio El Museo, los otros dos en la calle 108 con avenida 71
Foto: Kendry Soto
De las tres personas ajusticiadas se conoció, que uno de ellos laboraba como taxista desde hace 5 años, en una reconocida línea
Maracaibo — La madrugada de este miércoles fueron abandonados tres hombres ajusticiados en el sector 3 del barrio El Museo ubicado en la Circunvalación 3 de Maracaibo.
Vecinos manifestaron desconocer a las tres víctimas, pero aseguraron que en horas de la aurora lograron avistar un vehículo por la zona, con actitud sospechosa, cuya características desconocen por la oscuridad.
Junto al amanecer moradores de la zona se alertaron con el hallazgo de tres hombres maniatados que presentaban signos de tortura e impactos de bala. En la calle 113, uno de ellos fue encontrado degollado; el hombre aparenta entre 37 o 39 años de edad, de rasgos wayuu, vestía jean y una chemise a rayas blancas y rojas.
Los otros dos fueron encontrados a un kilómetro de distancia del primero en la calle 108 con avenida 71, en las adyacencias de un botadero de basura, uno de ellos aparenta 28 años de edad, vestía jean color azul y una franelilla blanca, contextura robusta de piel morena. Tenía sus manos atadas con un cordón naranja. El tercero, vestía jean y una franela del Barcelona.
En la morge, una mujer manifestó que este último podría ser Keiver José García Nava, de 26 años. Desconoce porque lo mataron.
Una comisión de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) Zulia, acudió al sitio para recaudar las evidencias.
Horas más tarde en la medicatura forense de LUZ, consternados ante la noticia, familiares de Keiver García esperaban su cuerpo. Los parientes prefirieron mantener sus nombres en anonimato y manifestaron a QUÉ PASA, que García Nava era taxista y conducía un vehículo Fiat color plata.
Refirieron que laboraba en una línea reconocida de la ciudad y se dedicaba a trabajar para su hija y esposa. Residía en el barrio El Despertar, deja una hija de 5 años en orfandad y era el segundo de cuatro hermanos.
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