Foto: Ana Moreno
Maracaibo — Josué Enmanuel Farías Sánchez (18) murió en horas de la mañana del sábado en la clínica Sagrada Familia, donde permaneció 23 días hospitalizado producto de una lesión en su médula espinal, luego de ser herido durante las «guarimbas» en las inmediaciones de la casa de estudios el pasado 29 de mayo. Fue enterrado en horas del mediodía de ayer en el camposanto La Chinita, rodeado de lágrimas, centenares de rosas, amigos, vecinos, compañeros de estudios y familiares.
A las 11 de la mañana, el féretro de color marrón salió cargado por sus dolientes de la capilla velatoria Monte Sinaí, lágrimas de dolor eran inevitables. Familiares del joven afirmaron que Josué para el momento del hecho, no se encontraba participando en la «guarimba». «Él no quería ir a clases por los disturbios, pero como debía entregar un trabajo, su papá le aconsejó que fuera, lo entregara y se devolviera a su casa», manifestó Nelly Rodríguez, vecina y amiga del muchacho, quien agregó que fue una bala y no una metra lo que se le había alojado en la columna vertebral.
Por otra parte, el comisario Heberto Olano, jefe del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas del Zulia, informó que aunque la investigación del caso continúa en proceso, la autopsia de ley reveló que por el contrario fue una metra y no una bala lo que se le alojó al joven en la columna, procedente de un arma de fabricación casera, utilizada posiblemente por otro manifestante del lugar.
Olano ratificó que aunque familiares negaron que participaba en las «guarimbas», Josúe fue herido mientras manifestaba en compañía de otros jóvenes el citado día. Familiares agregaron que horas antes de su muerte, los médicos le dijeron que Josué iba mejorando: «No hay buenos médicos en esa clínica, nos engañaron».
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