Cuando la inseguridad va al volante

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14 de febrero, 2015 - 3:16 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Fotos: Miguel Romero

Asesinatos y robos son la constante de buses y carritos por puesto. Central de Transporte ejecuta plan de seguridad que divide a Maracaibo en cuatro puntos clave

Maracaibo
— «Esto es un atraco, tranquilitos todos», fue la voz que escuchó María Gabriela Portillo, de 44 años, minutos antes de que le fuera arrebatada la cartera.

Solo vio a dos jóvenes «bien vestidos» subirse al colectivo y, posteriormente, fue testigo de cómo uno de ellos sacaba un revólver del bolso que cargaba.

«Me dijeron  ‹no me miréis mard…› y yo bajé la cabeza y me puse a orar. Al poco tiempo sentí que me pusieron la pistola en la cabeza y luego me quitaron la cartera. Algunas mujeres gritaban o lloraban y yo me preocupaba porque sé que los choros andan drogados y nerviosos y ante cualquier situación que les alteren los nervios lo primero que hacen es disparar», relató la mujer.

El hecho le ocurrió a las 7:00 de la noche en un bus de San Jacinto, a la altura de la calle 72 con Delicias.

Atracos como arroz

Su caso no es aislado ni único. Erasmo Alián, presidente de la Central Única de Trabajadores del Transporte, señala que las rutas que cubren las parroquias Idelfonso Vásquez, Venancio Pulgar, Antonio Borjas Romero y Francisco Eugenio Bustamante son constantemente víctimas de atraco.

«Afortunadamente entre 2014 y 2015 no nos han asesinado a ningún compañero, pero sí ha habido muchos atracos. Hay muchachos que se montan haciéndose pasar por ‹chaleros›, es decir, como si fueran a vender golosinas y lo que cargan en el bolsito es una (pistola) nueve milímetros. Atracan a todos los usuarios, hasta las compras se las llevan, roban al chofer y al colector (…) a Raimundo y todo el mundo», indicó Alián.

Precisó que la diferencia entre las rutas que representa y el nuevo sistema de Rutas Alimentadoras del Metro de Maracaibo, los llamados «metrobuses», es inmensa, pues los segundo cuentan con sistema satelital GPS, tienen cámaras y centrales de comunicaciones que reciben toda la información y que los va protegiendo. «Tienen detectores de metal, el conductor no maneja dinero y eso a los ladrones no les llama mucho la atención», dijo Alián.

Rutas y estadísticas

Hasta 20 robos al día sufren buses de la avenida Guajira. Sus transportistas aseguran que es la arteria vial más peligrosa de Maracaibo.

«Hace tres meses fui víctima de un robo en un bus de Cuatro Bocas. Dos hombres armados me quitaron mis pertenencias. Trabajo en un parque de atracciones que está al lado del Core 3 y fue allí donde me atracaron. Todos los pasajeros vieron el robo, incluso, los hombres se fueron corriendo como si nada», relató Esneider Tapia, pasajero.

El temor se respira de extremo a extremo en esta vía de 8 kilómetros y 200 metros de extensión, que nace en la prolongación de la Circunvalación 2 y culmina pocos metros después del Core 3, abarcando las parroquias Juana de Ávila e Idelfonso Vásquez. Además,  enlaza  al municipio Maracaibo con Mara, Guajira y hasta Colombia, a través de la Troncal del Caribe.

El gremio de transportistas señaló que las rutas más vulnerables son: San Jacinto, Ruta Norte, Ziruma, San Rafael de El Moján, La Rosita de Mara, el colectivo Los Filúos, Carrasquero, Cuatro Bocas y Santa Cruz-Maracaibo.

Además de los asaltos, Alián indicó que «nos tienen vacunados a la mayoría. Se acostumbra a pagar hasta 25 mil bolívares cada tres o seis meses. Al que se niegue lo amenazan con hacerle tiros. Estamos seguros que son hampa común».

Para los estudiantes universitarios que deben cruzar la vía en la avenida Guajira, los asaltos se convirtieron en un mal cotidiano. «Son muchachos jóvenes y  motorizados quienes  nos atracan. Con pistolas amenazan a los estudiantes que esperamos en la acera el transporte público. Rara vez se ven fiscales o policías», opinó María Montero, estudiante.

Problema mortal

Así fue como perdió la vida Carlos Diego Palmar Boscán, de 45 años, quien fue asesinado dentro de un autobús que cubría la ruta de Circunvalación 2, a la altura del centro comercial Babilón Centro Sur.

El hecho se registró el 21 de junio del año pasado, cuando uno de los dos hombres que se desplazaban a bordo de una moto negra se montó en el colectivo y sometió al pasajero.

Palmar Boscán se resistió al atraco y por ello fue asesinado de dos disparos, para robarle un dinero que acababa de retirar de una entidad financiera, cercana a la zona del homicidio.

Los carros por puesto tampoco se salvan, a finales del año pasado un adolescente de 16 años, que minutos antes había salido del partido de las Águilas del Zulia, murió al recibir un balazo por la región intercostal en un asalto frustrado a un carro por puesto, donde además resultó herido el chofer.

La víctima fue identificada por sus familiares como Yorvis José Campos Fuenmayor, quien viajaba en un vehículo de la ruta Paseo-El Marite, junto a una de sus hermanas.

Familiares relataron que a la altura del barrio Mi Esperanza, el chofer del carro por puesto, un Malibú color azul, se detuvo a dejar al muchacho y en ese momento un delincuente joven, de baja estatura, con acné en el rostro y quien vestía franelilla negra y bermudas, apuntó al conductor para que se detuviera, pero éste aceleró resistiéndose al robo. Seguidamente el antisocial disparó su arma, cuyo disparo impactó al chofer en el rostro y la misma bala le llegó a la humanidad de Yorbis José.

Un trabajador del volante, quien no se identificó por temor, denunció: «Algunos de los vendedores de guarapo o guineos roban a los pasajeros con cuchillos y hasta con armas (de fuego), y los funcionarios de Polimaracaibo que patrullan en el centro, justo en La Redoma, martillan a esos vendedores. En vez de brindarnos seguridad, colaboran con la delincuencia. Lo que nos roban a nosotros, ellos (los policía) se lo quitan y los sueltan».

«También nos tienen pagando una vacuna, porque todos los días nos cobran 10 bolívares en la mañana y 10 en la tarde a cada uno de los casi 100 buses, para dejarnos cargar en La Redoma. Los ‹guaraperos› son los que le entregan el dinero a los policías debajo del distribuidor», aseguró el informante.

Más testimonios

«Trabajamos con miedo porque a diario asaltan unos ocho buses que viajan desde Maracaibo a Mara. Las paradas más peligrosas son Bomba Caribe, San Jacinto, Sambil y Plaza de Toros. Tenemos a un compañero que le partieron la mano en uno de esos asaltos y a otro que le partieron una botella en la cabeza por meterse a defender a los pasajeros», expuso un conductor que no quiso identificarse.

El chofer indicó que los casi 100 conductores de las rutas El Moján, 4 Bocas, Los Filúos, Carrasquero, Palo Negro, Campo Mara y también Los Olivos y Balmiro León son víctimas de la delincuencia, pero también de la policía.
Sobre esto, Erasmo Alián señaló que para contrarrestar la situación han implementado fiscales con detectores de metales y piden a los conductores que solo se detengan en las paradas.

Asimismo, han solicitado una reunión con el gobernador Francisco Arias Cárdenas para que se realice un plan de seguridad que divida al municipio en cuatro partes oeste, sur, noroeste y norte.

Alián señala que también pide que se aumente el patrullaje de tránsito para proteger las 14.330 unidades que hay en la ciudad que parecen ser conducidas por 18.432 choferes, pero en la triste realidad es que en Maracaibo la inseguridad va al volante.

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Enmanuel Romero: «Soy conductor de la ruta Patrulleros-Galerías y ya han atracado a siete compañeros míos. Por eso trabajo solo de día, aunque la inseguridad ataca a cualquier hora».

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Jorge Luis Zambrano: «Tengo muchos años manejando un carrito de 5 de Julio y te puedo asegurar que no hay seguridad ni dentro ni fuera del carro. En ninguna parte».

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