Asesinó a su hermano de un tiro en la boca cuando almorzaba

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25 de abril, 2015 - 6:09 pm
Redacción Diario Qué Pasa

 

 

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Fotos: Edwin Urdaneta

El fratricidio se perpetró ayer a las 11:40 minutos de la mañana en la residencia sin número, en la última calle del sector Villa Esperanza, en Pueblo Nuevo-El Chivo, capital del municipio Francisco Javier Pulgar.

Sur del Lago —
Un sujeto que huye de la justicia, apodado «El Menco», asesinó de manera accidental, de un tiro en la boca a su propio hermano de tan solo 13 años de edad identificado como Ányerson José Materano Ramírez cuando, al parecer, éste almorzaba en su cama.

El fratricidio se perpetró ayer a las 11:40 minutos de la mañana en la residencia sin número, en la última calle del sector Villa Esperanza, en Pueblo Nuevo-El Chivo, capital del municipio Francisco Javier Pulgar.

Al parecer «El Menco», accionó su arma disparándole en la boca a quien fue sangre de su sangre, cuando presuntamente limpiaba un revólver. El certero impacto no tuvo salida. Yudelfis Olano, tía materna, lo trasladó al CDI en una patrulla policial, pero perdió los signos vitales.

Efectivos del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) subdelegación San Carlos acudieron al centro asistencial para levantar el cuerpo, y estudian la otra hipótesis —poco probable— de que ambos jugaban a la ruleta rusa.

A su vez, los organismos policiales emprendieron la búsqueda del fratricida, aunque no pudieron dar con su paradero, debido a que huyó entre los platanales de esa región. El infortunado, según trascendió, era el menor de 8 hermanos, estudiaba cuarto grado en la escuela Santa Bárbara de El Chivo, le gustaba el fútbol y cazar palomitas. Su vida terminó de manera trágica y aborrecible. Se conoció que quien accionó el arma prestaba servicio militar. Al parecer, se entregará a la justicia con abogados defensores.

La familia, ante el inusual hecho de sangre se mostró consternada y no quisieron emitir declaraciones a favor o en contra de ninguno de los involucrados en el hecho, incluso negaban identificar al homicida. El dolor, la desesperación y desconsolación eran más que evidentes al momento de hacer las diligencias ante los organismos forenses.
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