La joven estudiante tenía apenas un mes trabajando en la cauchera, ubicada detrás de la Terminal de Pasajeros de Maracaibo
Foto: Diego Graterol
«Dos sujetos llegaron en una moto y uno de ellos entró al negocio (…) aprovechó que la puerta de seguridad estuvo un momento abierta y sacó el arma», narró Félix González, compañero de labores de Migdalvis Desireé Jordán Pérez, la hermosa estudiante asesinada el miércoles en su lugar de trabajo, una cauchera ubicada en las adyacencias de la Terminal de Pasajeros de Maracaibo. Entre las hipótesis manejadas está que la joven se asustó porque pensó que le iban a robar su teléfono celular de última generación.
Maracaibo — El crimen de la joven estudiante ocurrió en tan solo 10 segundos, de acuerdo al video de seguridad que grabó la cauchera donde sucedió el terrible hecho, ubicada detrás de la Terminal de Pasajeros de Maracaibo.
«Dos sujetos llegaron en una moto, uno de ellos se bajó y entró al negocio. Uno de los empleados sacó una batería y dejó la puerta de vidrio de seguridad que tenemos sin pasarle llave. En cuanto el hombre se dio cuenta, intentó pasar y como no era persona conocida sacó el arma», contó el hermano de Félix González, trabajador de la cauchera que se encontraba en el momento del crimen.
Como se recordará, Migdalvis Desireé Jordán Pérez (19) fue asesinada el día miércoles en un aparente robo al negocio donde trabajaba. Era estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad del Zulia, y del tercer semestre de Contaduría Pública en la Urbe.
González cargaba un iPhone 6 y creyó que el hampón quería robarle el celular por lo que salió corriendo para otra oficina. «El matón, al verse sin el teléfono, parece que le dio rabia y le disparó a la muchacha», contó González.
De los dos tiros disparados, uno le rozó el brazo a Migdalvis; le entró al tórax y le destrozó el páncreas y los riñones.
«Tenía apenas un mes trabajando con nosotros. La llevamos a un CDI cercano, pero no había insumos, luego la trasladamos al Hospital Central, donde la intervinieron, pero no había unidad de cuidados intensivos (UCI); y posteriormente la llevamos a la clínica Sucre, pero apenas le estaban colocando los aparatos le dio un paro y falleció», señaló González.
Al oír los disparos, el sujeto que conducía la moto entró y se llevó al asesino del lugar; éste fue descrito como un hombre blanco, de contextura gruesa y de unos 25 años aproximadamente.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) maneja dos hipótesis: una la del asalto y la otra la de la venganza, pues aunque la joven, según el video, nunca miró a su verdugo, éste se dirigió justamente a atacar su humanidad. Se consideran modus operandi atípicos en ambos casos. «Tienen que ponerle ojo a este país, porque la inseguridad está acabando con inocentes», exclamaba una amiga.
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