Los árabes al tercer día de reportada María Gracia como desaparecida huyeron del barrio San Sebastián. Estaban escondidos en la COL: entre Cabimas y Lagunillas. Regresaron al barrio en la madrugada de hoy creyendo que las investigaciones habían cesado y murieron en un careo armado
Foto: Madelein Faría/Wilson Alvarado/Dayana Espitia
Maracaibo – La coartada de hacerse pasar por árabes pudientes era su ancla para atraer a las personas. La realidad de los «Árabes Macabros» era la miseria. No poseían cuentas bancarias adineradas. La pobreza los arropaba, afirmó en rueda de prensa hace pocos minutos el comisario Mario Pacheco, jefe de la delegación estadal del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) Zulia.
El vocero sentenció que mediante los reiterados trabajos de inteligencia ejecutados por la Brigada Contra Violencia de Género, dirigida por el comisario jefe Orlando Herrera, supervisor jede de la delegación del estado Zulia, les permitió dar con la ubicación de los árabes que raptaron el pasado 1 de marzo a la joven María Gracia.
María Gracía, la joven a quien le truncaron su futuro
Pacheco indicó que luego de correr la noticia de la desaparición de la joven estudiante de artes plásticas en LUZ, los sindicados huyeron al tercer día de la «Casa de la Muerte». El informante aseguró que las pesquisas determinaron que los árabes se habían radicado en la Costa Oriental del Lago (COL): estuvieron viviendo alquilados durante más de 20 días en diferentes residencias, ubicadas en los municipios Cabimas y Lagunillas en la población de Ciudad Ojeda.
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Búsqueda incesante y cayeron
Allí, los uniformados rastrearon las zonas, pero no pudieron dar con el paradero de los implicados. Los «Árabes Macabros» eran sigilosos. No daban pasos en falso, pero varias llamadas de los habitantes del barrio San Sebastián, sector Pomona, donde apareció enterrada María Gracia, estremeció a los funcionarios de la policía científica, al escuchar las voces que delataban el paradero de los árabes.
En la gráfica se muestran padre e hijo, los Árabes asesinos
Las joyitas regresaron al barrio. Aparentemente en horas de la madrugada de hoy. Pensaron que las investigaciones habían cesado, presumen los detectives. Una comisión del CICPC llegó a tempranas horas de la mañana al barrio para capturar a los hombres, quienes al ver a la comisión decidieron disparar contra los agentes. En la balacera padre e hijo resultaron fulminados.
Las calles del barrio convulsionaron. Los vecinos poblaron las inmediaciones, mientras una fuerte putrefacción se esparcía por el aire: era el cuerpo descompuesto de la joven estudiante, quien buscando un trabajo para ayudar a su madre consiguió la muerte.
Esperan por la autopsia
El informante destacó que aún esperan los resultados de la autopsia para determinar la data de muerte y la manera cómo fue asesinada. Sin embargo, Pacheco reiteró que la joven no fue hallada descuartizada. Estaba envuelta en una sábana, atada de manos y pies y además amordazada, dentro de una fosa que tenía una profundidad de aproximadamente un metro, pero por el estado de putrefacción no se le evidenció signos de disparos o puñaladas. La autopsia es clave, sentenció el alto mando.
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Árabe maloso
En cuanto al historial criminal del árabe padre, el informante reiteró que sobre él recae una solicitud desde el 10 de septiembre de 2014 por violencia sexual, sobre el hijo no confirmaron historial criminal.
Se conoció que esta violencia fue perpetrada contra una dama residenciada en la COL, quien afortunadamente pudo huir de las garras de estos despiadados hombres.
El CICPC reiteró a QUÉ PASA que instalarán una comisión especial para lograr determinar si existen más casos de mujeres abusadas por este par de «Árabes Macabros», y por temor a represalias no hayan colocado las denuncias.
Investigación abierta
Los detectives no descartan ninguna hipótesis en relación al crimen. Si hay personas del barrio involucradas en la muerte, si los caídos pertenecían o querían conformar una red de prostitución, son interrogantes que estudiarán los expertos para dilucidar todas las incógnitas que mantienen en zozobra a la colectividad.
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¿Estaría implicado en otras desapariciones?
QUÉ PASA en lo que va de año mantiene un registro de tres personas desaparecidas, entre ellas dos niños y una adolescente. El primero de ellos es el pequeño Ángel Rivera (9), quien está desaparecido desde enero. Desapareció del barrio Integración Comunal; la segunda desaparecida en la niña Naidelin Lugo (13), desaparecida desde el 21 de marzo; y el caso más reciente es la desaparición de la adolescente Daniela Uzcátegui (16), quien salió de su casa, desde el pasado 21 de marzo y no ha regresado.
El equipo reporteril de este rotativo interrogó al comisario Pacheco y aseguró que no descarta la participación del árabe en estos casos o pudo haber estado ligado a personas que se dediquen a la tráfico de personas.
Las investigaciones siguen su curso.
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