Amputan piernas a víctimas de choque en Sabaneta

Los amigos Luis Enrique Matheus Murillo (23) y Yorvis Javier Acevedo Ferrebús (24) fueron enterrados ayer en medio del dolor y desconsuelo de sus parientes.

Maracaibo — La tragedia parece no haberse detenido luego de la lamentable pérdida física de los amigos Luis Enrique Matehus Murillo (23) y Yorvis Javier Acevedo Ferrebús (24), quienes fallecieron la mañana del martes cuando el chofer de la camioneta en la que se desplazaban —en compañía de varios amigos—, impactó contra un poste que produjo un vuelco.

Marcos Castellanos y Anderson Bravo, quienes resultaron heridos de gravedad, fueron intervenidos quirúrigicamente en el Hospital General del Sur. El estado de salud de ambos jóvenes aún es grave, pues les amputaron las piernas a ambos.

Dolor y desconsuelo

En silencio, pero totalmente destrozados, con la mirada perdida y buscando resignación en Dios, familiares, compañeros de estudios, amigos y vecinos de Luis Enrique y Yorvis, no podían creer aún lo sucedido.

El cuerpo de Matheus fue velado en la funeraria Aves del Paraíso, el féretro color marrón permaneció rodeado de coronas de rosas. Su madre, Yaneth Matheus, expresó el sentimiento por la lamentable pérdida y calmada, pero profundamente dolida, dijo que su hijo era deportista. «Le encantaba andar en patineta y fue taekwondista, recibió varios trofeos por su dedicación al deporte. Siempre fue amante del deporte», comentó.

Asimismo, narró que su hijo acostumbraba a tomar su patineta por las tardes y practicaba en el parque Hugo El Duro, ubicado en el municipio San Francisco.

Luis Enrique cursaba el quinto año de bachillerato en el Instituto de Parasitema Los Próceres, quería ser comunicador social en la mención audiovisual, residía con su madre en el sector Nueva Vía y fue sepultado ayer a la 1 de la tarde en el camposanto San Sebastián. Betsabé Ortega, profesora de Luis Enrique y Glexzaida Faneite, compañera de estudios, lo describieron como un muchacho «aplicado, echador de bromas, el alma de salón y muy pavo. Extrañaremos sus ocurrencias», dijeron.

Mientras tanto, en el salón Señorial de la capilla velatoria Sercompreca, era velado Yorvis Acevedo, un joven que recientemente había renunciado a su trabajo como depositario en una empresa de publicidad. Su hermano, Ángel Acevedo, expresó que su doliente también era deportista, «amaba el softbol y el baloncesto».

Yorvis recibió varias medallas de condecoración como basketbolista, en la realización de unos juegos organizados por una iglesia avangélica. Residía en el sector El Tránsito y era el menor de seis hermanos. Fue descrito por sus deudos como un joven «alegre, extrovertido, el mejor bailarín del grupo, bailaba hasta a las viejitas, siempre lo invitaban a las fiestas porque bailaba mucho».

Así fue el suceso

A las 6:15 de la mañana del martes, el grupo salió del complejo turístico La Guadalupana a bordo de una camioneta Mazda blanca, tras la celebración del cumpleaños de un amigo identificado como Johel.

El vehículo era conducido por Gustavo Chacín Ferrer, exfuncionario del CPBEZ; con él iban su hija Paola Chacín y el novio de esta, Johel Villalobos (18). En la parte de atrás iban Matheus, Acevedo, Castellanos, Bravo, José Gregorio Rodríguez, Alejandro Nava, Manuel Victoria, Andry Mendoza y Luis Ibáñez, cuando aparentemente el chofer tras desplazarse a exceso de velocidad y evitando impactar con un autobús, chocó contra un poste.

Matheus y Acevedo salieron expelidos y murieron en el acto. El caso fue puesto a la orden de la Fiscalía.

Foto: Alfredo Chinaleong