Cerca de La Curva de Molina, el último asalto cometido por un grupo comando ocurrió este jueves en horas de la madrugada. Ante los asaltantes no hay quien se salve
Foto: Archivo
Maracaibo – ¡Una guillotina! Así describen los habitantes de los sectores del oeste de Maracaibo todo el tramo que conduce desde La Curva de Molina hasta La Concepción, municipio Jesús Enrique Lossada.
Allí los atracadores hacen de las suyas a diario, sin importar la hora del día le arrebatan las pertenencias a cuánta persona que transite por esta vía.
Lo más insólito no es eso, sino que existen hasta niños que difícilmente puedan inspirar temor alguno a los transeúntes, quienes actuando de manera sigilosa buscan acercarse a los ciudadanos y, en un descuido, logran abrir los cierres de bolsos o carteras para sustraer lo primero que encuentren, evidentemente persuadidos por adultos macabros.
Peor aún, desde hace poco más de un año, el Diario QUÉ PASA ha denunciado constantemente este tipo de fechorías que son una constante en el oeste, y que por lo visto han pasado desapercibidas ante el accionar de las autoridades, pues, aunque tan solo una vez el antiguo director de la policía regional, comisario Biagio Parisi, respondió al clamor de las comunidades asentadas en esta localidad, los operativos de seguridad que ordenó desplegar por la referida zona no duraron mucho tiempo.
Uno de los hechos más alarmantes, que continúa causando estupor en los moradores de sectores como Las Mercedes, La Montañita, San Sebastián, kilómetro 18, La Rinconada, y todas las zonas circunvecinas, así como a los lossadeños que toman como transporte las unidades autobuseras de La Concepción, popularmente conocidos como los «amarillitos», por su característico color, son los constantes asaltos cometidos por grupos comando, integrados por al menos seis sujetos, quienes portando armas largas y cortas se suben a estos automotores para someter a los usuarios bajo amenazas de muerte y despojarlos de todo lo que llevan consigo, objetos de valor, dinero, compras, entre otros.
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No hay hora precisa
Según algunas víctimas que recurrieron a este rotativo a mediados de julio de 2017, para denunciar estos hechos, los quintetos o sextetos de atracadores casi siempre actúan de la misma manera, abordan los autobuses mencionados en su primer turno a las 4:30 de la mañana cuando se desplaza a la altura del cementerio San Sebastián en la parroquia San Isidro, y sin la más mínima contemplación dan inicio a sus fechorías.
Otros grupos armados en cambio, suben a los «amarillitos» en horas de la tarde, cuando hay más tripulantes, sobre todo en las horas pico, y a modo de no despertar sospechas se hacen pasar por estudiantes, llevando sobre sus espaldas un morral, y una vez que están dentro del automotor abren sus bolsos, sacan a relucir sus armas de fuego y se llevan todo lo que encuentran a su paso, sin importarles la presencia de niños, personas en condiciones especiales y hasta adultos mayores.
Los mismos denunciantes coincidieron en asegurar que estos grupos comandos actúan, por lo general, luego de pasar el tramo de La Curva, para luego descender de los automotores a la altura del sector El Hoyito, actuando de manera serena como si nada ha pasado, mientras los ocupantes de las unidades quedan presos de los nervios, sollozantes y dando continuidad a su recorrido, hasta llegar a su destino.
Secuestros y asesinatos a la orden del día
Pero no solo eso, ante la delincuencia tampoco se salvan quienes se desplazan en vehículos lujosos o llamativos. Muchos han sido los casos de inocentes que han sido sometidos y hasta secuestrados por antisociales, que buscan despojarlos de sus automóviles, pero desafortunadamente algunas víctimas de estos asaltos hasta perdieron la vida en el acto de ser despojados de su bien.
Lo más reciente
El caso más reciente ocurrió este jueves cerca de las 5:00 de la mañana, otro grupo de usuarios fue sometido por un quinteto hamponil que les exigió la entrega de todo lo que portaban, apuntándoles con pistolas y escopetas, tal y como lo informó una nueva víctima bajo el anonimato.
En nuestro rotativo no cesan las denuncias al respecto y en su mayoría, quienes dejan llegar sus quejas claman una única solución a esta situación que afirman ya los tienen cansados: «necesitamos presencia policial urgente».
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