Foto: Alfredo Chinaleong
Maracaibo — La indignación se sumó ayer al dolor por la pérdida de un ser querido para la familia Rosales, quienes pasaron dos días intentando que en el Cementerio San José, ubicado en la calle 76 con avenida 5 de Julio, encontrara su parcela para enterrar a su deudo.
El ataúd del difunto Ebertilio Rosales, permaneció tres horas en el piso, frente al cementerio San José, donde se vivieron momentos de tensión; Judith Rosales, hija del fallecido, explicó que «desde el pasado miércoles iniciamos el papeleo en el cementerio, la propiedad es de mi tío desde 1966 y ahora nos dicen que no la encuentran, nos parece que la habían vendido por corrupción, aquí hay personas con otros casos iguales, el director es un cobarde, nos ofreció dos bóvedas en San Sebastián para que nos quedáramos quietos», gritaba en medio de su dolor.
Al sitio se apersonaron oficiales de la Policía Municipal; el secretario de Seguridad Ciudadana de Maracaibo, Javier Alarcón; el presidente del Imau, Melvin Velázquez; y el presidente Instituto Municipal (IMA), Juan Pablo Lombardi para ayudar a resolver la situación al director de Servicios Públicos, Alfredo Márquez. Posteriormente llegó el Intendente de Maracaibo, Enrique Parra, para exigir dignidad para el difunto y su familia.
Afortunadamente para todos, como por arte de magia, los linderos —de la parcela— fueron encontrados y se realizó el entierro seis horas después de lo pautado.
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