El espacio que en otrora fue diseñado para el esparcimiento y la educación de los menores de edad que hacen vida en el casco central, hoy se encuentra en total abandono. Suciedad, heces, drogas, botellas de licor vacias, y bolsas de basura adornan las instalaciones
Fotos: Rafael Rivas
Solo quedan las huellas de que el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes era el encargado de cuaidar el lugar
De la cancha solo quedan los fierros castigados por el sol y adornados por desperdicios sólidos
La familia que habita el lugar está medio instalada con una cocinita al aire libre. Sabanas le sirven de puerta y persianas
Desvalijada quedaron lo que al principio eran aulas de clase y oficinas para el funcionamiento de Divino Niño
Sin techo, con pintura desvencijada, y con claros signos de vandalismo se encuentra todo el lugar, que esperan los comerciantes del centro sea recuperado por los entes de gobierno
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