Una maniobra fallida, tras un desperfecto eléctrico, ocasionaron el choque
Fotos: Agencias
El tanquero de la Creole había salido desde La Salina, en Cabimas, y un fallo eléctrico obligó al capitán a encallar en el canal de navegación, pero no evitó el choque
Maracaibo — Faltaban tan solo cinco minutos para la medianoche de ese lunes 6 de abril, cuando varios conductores que transitaban por el entonces recién inaugurado Puente General Rafael Urdaneta (PGRU) sobre el Lago de Maracaibo, observaron cómo algunos vehículos que iban delante de ellos desaparecieron.
Y es que el «Coloso», como era conocido el Puente debido a su imponente estructura, acaba de ser impactado por otro titán: un tanquero de la Creole Petroleum Corporation, una nave con 262 mil barriles de crudo a bordo, chocó contra las pilas 31 y 32 de la importante arteria vial, derribando completamente 259 metros de la placa de concreto y ocasionando que varios carros se precipitaran al agua.
Han trascurrido 51 años desde que el tanquero Esso Maracaibo chocara contra el Puente, mientras realizaba una maniobra tratando de cruzar el canal de navegación del Lago de Maracaibo rumbo a la isla de Aruba.
Una falla eléctrica mayor hizo que el capitán Avelino González Zulaica, con varios años de servicio en la Creole, perdiera el control del «supertanquero»; González ordenó echar anclas y tuvo que encallar el buque en los bancos de arena dispuestos a los lados del canal, sin embargo, esto no pudo evitar la tragedia.
Reportes de la época explican que González trató de encallar la nave, pero durante el impulso pegó —con la proa— a los pilotes que conforman la pila número seis, obligando al tanquero a irse a estribor, derrumbado cuatro pilotes más, durante la maniobra.
El PGRU apenas tenía un año y medio de ser inaugurado por el entonces presidente Rómulo Betancourt, quien no dudó en trasladarse hasta la entidad apenas se supo la noticia de la tragedia. Precisamente, Betancourt ordenó la inmediata reparación del «Coloso», calculando las pérdidas por 30 millones de bolívares tras el choque. La reparación se estimó en unos seis meses.
Esta tragedia obligó a la reincorporación temporal de la flotilla de ferris Traslacustre que comunicaba a Maracaibo con la Costa Oriental del Lago, entre ellos destacaba el ferri Coquivacoa, y que vivieron su mayor esplendor entre las décadas de los 40 y 50, y mediados de los 60 hasta que la inauguración del PGRU los llevó al desuso.
El Esso Maracaibo tenía veinte años en Venezuela, traído desde Estados Unidos para ser puesto a las órdenes de la Creole.
Esa noche, el supertanquero partió desde el muelle de tanques de La Salina, en Cabimas, y tenía rumbo a Aruba. Desde el Puente se precipitaron al agua siete carros, y siete personas fallecieron.
Siete personas fallecieron; igual número de vehículos cayeron del Puente
El Puente General Rafael Urdaneta apenas iba a cumplir dos años de ser inaugurado
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