Doctor Yaso: una década curando con muchas sonrisas

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23 de febrero, 2015 - 12:41 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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Foto: Cortesía

«El dolor está ahí, pero nosotros no nos detenemos a ver el dolor. Es como hace un niño, tú llevas a un niño a jugar con otro niño y él juega, aunque el niño esté enfermo… él ve a un niño con quién jugar y ya»

Ataviada con una gran nariz roja, bata blanca, sombrero beis y bufanda a cuadros; seriamente vestida de payaso de hospital, Moneta irrumpe junto a su dupla en la habitación de una abuelita que hace días no abre los ojos, la tristeza de su enfermedad le ha consumido el apetito. «No van a conseguir nada con ella», advierte la familia, pero eso no los detiene.

Decididos a poner un granito de arena hacen juegos de sonidos, cariñosamente toman sus manos y le cantan. No hay respuesta. «Ay pero tú si estás floja» suelta Moneta y maravillosamente escuchan «más floja seréis vos». Entre risas celebran que por un instante se ha ido la tristeza.

María Gabriela Guzmán describe como «amor a primera vista» su inicio como payaso de hospital en la Asociación Civil Doctor Yaso. Advierte que se trata de «una guachafita muy seria, verdadero compromiso» en el que es posible cambiar las realidades más duras que pueden encerrarse entre los muros de una enfermedad. Tras quitarse su capa de superman, como ella llama su nariz de payasita, accede a contarnos su experiencia.

¿Es difícil capacitarse para ser un yaso?

El taller de capacitación fue una de las experiencias más bonitas y divertidas que he tenido. No fue difícil. Yo lo describiría como un viaje a mi «Yo Niño», pero manteniendo plena conciencia de cómo ese niño interno puede ayudar. Y es mucho lo que puede ayudar. Es muy interesante, además, volver a la simpleza de los pequeños detalles, descomplicar y desdramatizar la vida. Y claro, conocer los cuidados pertinentes para hacer el trabajo de payaso de hospital. En general un taller que me dejó mucho, no solo para mi trabajo con Doctor Yaso sino para la vida… y apenas era el comienzo.

¿Cómo haces para lidiar con el dolor ajeno a través de una sonrisa?

Es importante resaltar que nuestro trabajo no es precisamente lidiar con el dolor de las personas a quienes visitamos, creo que es todo lo contrario. Nosotros nos acercamos a seres humanos que se encuentran en situaciones difíciles, incómodas, tristes, dolorosas, y a pesar de todo siguen ahí, vivos y con mucho que ofrecer. Ahí es donde comienza nuestro trabajo.

Nosotros hacemos lo posible por entrar al rescate de esas cosas buenas que encontramos, siempre hay algo que rescatar a pesar de las tristezas. No vamos con la meta de hacer reír mucho menos burlarnos de la gente, tampoco nos trazamos una meta como acabar con el dolor o curar a las personas. Simplemente, queremos que por unos minutos, o hasta segundos, brille lo positivo por encima de cualquier circunstancia, si logramos sonrisas es glorioso.

Algunas veces el trabajo es sencillamente acompañar de manera amable, escuchar, dar un abrazo; a veces nuestro trabajo es nada más asomarnos a la puerta, saludar y continuar nuestro camino; a veces nos dicen «este no es un buen momento» entonces nuestro trabajo es irnos respetuosamente. Siempre las pautas las va a dictar la gente a la que visitamos.

¿Consideras que cualquier persona puede formar parte de Doctor Yaso?

Sí, creo que cualquier persona puede. De la misma manera en que todos somos capaces de hacer lo que nos propongamos. No me considero especial por hacer este trabajo, creo que todo el mundo tiene la capacidad de ayudar y de conectarse con su semejante. Como toda labor hay cualidades que facilitan el desempeño, pero nada que se aleje de la esencia del ser humano. Hay que sentir la vocación para hacerlo, es lo más importante y estar dispuesto a entrar en contacto con realidades duras. Pero sí, en mi opinión, si eres un ser humano eres un posible yaso.

¿Crees que algún día dejes de formar parte de la asociación?

No lo creo, no me gustaría que eso sucediera. Tal vez puedan presentarse situaciones en mi vida personal que me impidan en un momento dado continuar con la labor activamente, pero en mi corazón siempre voy a ser un payaso de hospital y siempre Doctor Yaso va a ser parte importante de mi vida. Creo que siempre voy a querer volver a los hospitales y con seguridad siempre voy a llevar conmigo todo lo que he aprendido.

¿Es difícil dedicar tiempo a esta labor?

Pues definitivamente ha habido etapas en las que puedo dedicarle más tiempo a las visitas y etapas en las que cuesta un poco más porque todos los voluntarios tenemos otras actividades paralelas a Doctor Yaso, trabajo, familia… También hay que tener en cuenta que este es un trabajo íntimamente ligado con las emociones y que en la medida en que estemos bien o al menos en equilibrio podemos hacer nuestra labor. Lo importante es mantenerse activo y comprometido y sobre todo mantener la vocación intacta.

¿Cómo describes tu experiencia?

Trabajar en Doctor Yaso ha sido una grandiosa experiencia, me atrevería a decir que puedo hablar de mi vida antes y después de Doctor Yaso. He tenido la valiosísima oportunidad de ayudar aunque sea un poquito a muchas personas, de humano a humano, sin otro interés que exaltar lo bueno que la vida nos ofrece y que a veces está en los rinconcitos menos esperados. Y sí, ayudarlos me ha ayudado a mí también, me quedo con un poquito de cada persona que me regala una sonrisa, y eso me ha alimentado, es un ganar-ganar.

Doctor Yaso me ha llevado a conocer personas maravillosas que me han enseñado mucho, hablo de mis compañeros y de toda la gente con la que he podido compartir aunque sea por minutos a lo largo de mi corta, pero enriquecedora trayectoria como payaso de hospital. Ha sido una escuela.

¿Qué es Doctor Yaso?

Transformar la tristeza. Una tarea que se plantearon tres personas hace 10 años y que hoy suma 2.100 voluntarios integrados en 24 sedes pertenecientes a la Asociación Civil Doctor Yaso. En Maracaibo, 106 personas se suman a esta labor que además sigue expandiéndose fuera del territorio nacional y ya cuenta con réplicas en Panamá y República Dominicana.

La historia comienza a raíz de la vaguada de Vargas: «Un grupo de personas desde la figura del payaso, asistieron a los centros de refugio para compartir con los damnificados y jugar un rato, desde su experiencia trataban de hacer lo que podían con las herramientas que tenían que era hacer reír», explica el psicólogo Ghandy Aboul, presidente de la Fundación Ecorisas y coordinador de Doctor Yaso en nuestra ciudad.

Descubrieron que cuando asistían los payasos, todo el ambiente cambiaba, los pacientes eran más receptivos a los medicamentos, por lo que decidieron hacerlo constantemente. Hoy en día, funcionan en los hospitales, ancianatos, centros de refugios y comunidades más necesitadas.

«El payaso convencional siempre busca la risa, la risa para un payaso de hospital no es fundamental es solo un reflejo de que lo que se está haciendo es agradablemente chistoso para el otro, nos importa es que logremos relajar a la persona y quitar todo el estrés y preocupaciones que hayan en ella», comenta Aboul.

La idea de extenderse en todo el territorio surge en Maracaibo a través del voluntariado de la Fundación Hospital de Especialidades Pediátricas. «En ese momento nos dimos cuenta de la necesidad de crear organizaciones que respaldaran nuestra labor en cada ciudad y es así como se crea la Fundación Ecorisas, Psicología Positiva».

Actualmente, asisten tres veces por semana a diferentes instituciones de acuerdo a un cronograma previamente establecido. Aboul aclara que los yaso no tienen un show: «Trabajamos desde la improvisación, con una preparación ya establecida. Nuestra premisa principal es entrar a la habitación a brindar amor y alegría a quien lo necesita».

Pero no siempre fue así.  Aboul recuerda cómo hace ocho años los médicos los botaban de las habitaciones. «No nos permitían la entrada a todos los espacios, costó muchos años que se dieran cuenta que éramos una opción que podían utilizar para trabajar en conjunto con ellos y lograr mejorar la calidad de vida de cada una de las personas dentro de los hospitales».

Hoy en día visitan incluso las clínicas, bajo un método diferente de alianzas: «Nuestro foco está dirigido a todos los que se encuentran dentro de las instituciones: personal médico, vigilancia, mantenimiento, enfermeras y sobre todo acompañantes de pacientes. Para nosotros todas las personas son importantes independientemente del rol que estén viviendo dentro del lugar.

Nosotros no utilizamos maquillaje, ni nos disfrazamos de algún personaje, nosotros nos trajeamos de nuestra propia personalidad elevada a nuestro niño. Trabajamos para y desde la premisa que nos da el paciente, el payaso de circo por ejemplo trabaja para que lo vean a él, para mostrarse él, su show, nosotros trabajamos para servir de espejo a esa persona que estamos visitando con la que estamos hablando o bien sea jugando», señala Aboul.

Para formar parte de Doctor Yaso en Maracaibo debes ser:

Mayor de edad, asistir a una charla de inducción, someterse a pruebas psicológicas y entrevistas para escoger a los voluntarios y finalmente aprobar un taller de capacitación que dura una semana. Los implementos principales como la bata de médico, por ejemplo, son proporcionados  por la fundación, al igual que la capacitación constante; costeados por los recursos que se consiguen en actividades como potazos, venta de franelas y la venta del calendario y agenda anual.

SILUETA María Gabriela Guzmán Velásquez

Hace cuatro años María Gabriela es «Moneta», una feliz yaso

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