Cuenta que «PDVSA hizo un censo hace como un mes y se comprometió a limpiar las orillas pero se quedó en un papel porque no viene nadie»
Foto: Cortesía
Cabimas — La señora Lola Pérez no conoce otra vida que a orillas del Lago de Maracaibo. A sus 85 años vivió la época de las aguas de cristal que hablan los poetas, esas donde el agua servía para todo. Hoy vive un viacrucis porque los derrames petroleros afectan su vida cotidiana y su salud.
«Esto no es nuevo, se ven desde hace cuatro años con mayor frecuencia, pero este tiene más o menos mes y medio y ya no se puede ni criar un animalito porque se quedan pegados con el petróleo», señala Pérez.
Cuenta que «PDVSA hizo un censo hace como un mes y se comprometió a limpiar las orillas pero se quedó en un papel porque no viene nadie», dice quien vive en la avenida principal del sector Rosa Vieja en el municipio Cabimas, justamente entre los muelles Batalla Naval y Petrozamora.
Pero no solamente es en esa orilla que colinda con la casa de Rosa Pérez, según uno de sus sobrinos son cerca de 14 kilómetros de costa los afectados por este derrame de crudo «va desde La Salina hasta Punta Gorda y se adentra desde la orilla hasta unos seis metros en el Lago».
Apunta la señora que «ya los muchachos no pueden salir a buscar tranquilos los pescaítos porque llegan con las redes y las lanchas llenas de petróleo y tiene que lavarlas con gasolina a cada rato».
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