El colegio no está activo, pero los negocios no cerraron por los conflictos legales en los terrenos entre las avenidas 26 y 25 con calles 68 y 69
Fotos: Wilmer Cubillán
La directora del plantel demolido en 2014, pide al Gobernador entregar un refugio al ocupante de los terrenos, en el sector Santa María
Maracaibo — Este es el segundo año escolar consecutivo que pierde el Centro de Educación Inicial Dolores Vargas de Urdaneta, cuya sede fue demolida en agosto de 2014, por Germán Gil, ocupante de los terrenos que considera propiedad privada, ubicada entre las avenidas 26 y 25 con calles 68 y 69 del sector San María, parroquia Chiquinquirá.
La directora del plantel, Norma Yánez, informó que por decisión del Tribunal de Protección al Menor del estado Zulia, el dictamen falló a favor de la escuela, pero le otorgó el beneficio al ocupante (Germán Gil) y a su familia de que sea reubicado a una vivienda por tener cuatro niños menores de edad, con la condición de estar en la misma zona para garantizar la continuidad de los estudios de sus cuatro nietos.
«Hago un llamado desde mi alma al gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, para que le entregue un refugio a la familia Gil y se puedan recuperar los espacios donde por más de 25 años funcionó el centro de educación adscrito al Ministerio de Educación», exclamó Yánez.
La directora aseguró que debido a la falta de sede, desde la demolición, hay alrededor de 160 niños entre los 2 y 4 años de edad cesantes, porque hay padres en la zona que no tienen para trasladarlos a otras escuelas y menos colocarlos en los colegios privados del área.
Además, Yánez acotó que en la actualidad hay 31 personas entre directivos, administrativos, docentes y personal obrero, cumpliendo horario en la oficina del Municipio Escolar Maracaibo 5.
QUÉ PASA constató que los espacios en disputa continúan con carteles que dicen «propiedad privada»; las áreas demolidas también siguen iguales y sobre todo los negocios que funcionan en el terreno, se mantienen activos.
Los estudiantes y personal del Dolores Vargas mantienen la esperanza de regresar a su escuela y dejar atrás estos años de maltratos, vejaciones y conflictos legales que les atrasó la vida a todos.
La familia Gil desde el año 2014, mantiene aviso de propiedad privada donde era el preescolar.
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