Blanca Tigrera Cortez de Díaz, Padrino López y Luis Almagro

1994 columna
20 de junio, 2016 - 1:00 pm
Redacción Diario Qué Pasa

1994 columna

Foto: Cortesía

La situación me obliga a preguntar: ¿Le consultaron esta designación a la actual coordinadora de la Defensa Pública, abogada Rosal Pulida? Sé que no me contestará, pero le pregunto, ¿Cómo se siente, está de acuerdo con esta designación y, de no estarlo, así lo manifestó a la superioridad?

* Blanca Tigrera Cortez de Díaz, actual Defensora Pública XXIII (23) del Circuito Penal del Estado Zulia, fue antes fiscal del Ministerio Público, cargo del cual fue destituida como resultado de la averiguación administrativa, abierta en su contra, por la Dirección Disciplinaria de la Fiscalía General de la República, por actos contra la Ética Profesional y Abuso de Poder.

Resulta que para aquel entonces, desempeñándose como fiscal, la abogada Tigrera Cortez de Díaz, el día 6 de junio de 2014, provocó un atronador y escandaloso enfrentamiento con la Juez Undécima (11) de Primera Instancia, en funciones de Control, del Circuito Penal del Zulia, abogada Maribel Morán.

Ese memorable episodio, que solo olvidan aquellos encargados de velar por la majestad el Poder Moral de la República, ocurrió en medio de la audiencia de imputación que tenía lugar en la Sala del Tribunal de la Juez, Maribel Morán, quien presidía el acto, contra la ciudadana Jennifer Suhey Morales Villalobos, expediente No. 11C-3462-B, por encontrarse, presuntamente, incursa en el delito de invasión, previsto y sancionado en el artículo 471A del Código Penal, en perjuicio del ciudadano Fernán Augusto Pérez Bojana.

En dicha audiencia, la para ese momento fiscal de Ministerio Público, abogada Blanca Tigrera Cortez de Díaz, arremetió contra la juez en medio de insoportables improperios, quien temiendo por su seguridad y en protección de las funciones del tribunal bajo su dirección ordenó la inmediata detención de la fiscal en funciones.

Ante tan apremiante situación, intervino el esposo de la representante de la vindicta pública, abogado Antonio Díaz Villasmil, magistrado presidente de la Corte de Apelaciones de los tribunales de Violencia contra la Mujer, para apaciguar los ánimos e impedir que detuvieran a su esposa.

Además, como si fuera poco, la fiscal Blanca Tigrera está denunciada por las comunidades indígenas por el caso de los pescadores de Caño Sagua, Mun. Goajira, donde vistiendo prendas militares, acompañada de efectivos adscritos al Grupo 102 de la Caballería Motorizada, General Orlando Romero Morillo Bolívar, amenazó a los pescadores para obligarlos a subir a un vehículo militar y privarlos de libertad por la presunta comisión de un hecho punible, que nunca se supo cuál era.

En resumen y de allí viene la razón de esta nota: ¿Cómo es posible que después de destituida del cargo de fiscal del Ministerio Público, por las razones que lo fue, ahora aparezca con el cargo de Defensora Pública? Bajo estas circunstancias, ¿quién puede admirar o al menos respetar la autoridad moral y el prestigio de los Poderes del Estado representados por funcionarios cuestionados por la opinión pública conocedora de tantas tolerancias cómplices y gravísimas irregularidades?

La situación me obliga a preguntar: ¿Le consultaron esta designación a la actual coordinadora de la Defensa Pública, abogada Rosal Pulida? Sé que no me contestará, pero le pregunto, ¿Cómo se siente, está de acuerdo con esta designación y, de no estarlo, así lo manifestó a la superioridad?

* General en jefe, Padrino López, ministro de la Defensa y Comandante Ejecutivo de Operaciones de las Fuerzas Armadas Nacionales: ¿Está usted informado de todo cuanto sucede en la frontera con el contrabando de extracción, causante en gran medida del desastre en el abastecimiento de alimentos y demás bienes de primera necesidad para la población, con el consiguiente robo de dinero que se le hace al consumidor, así como ingreso de mercancías provenientes de Colombia, estando, como lo está, cerrada la frontera y siendo como lo es, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la autoridad por excelencia de resguardo nacional?

¿Se habrá tomado alguien el trabajo de informarlo de cuanto sucede en las alcabalas donde operan funcionarios de la GNB, con el comiso de alimentos que, habiéndose comprado en el territorio nacional y teniendo los poseedores las facturas de compra correspondientes a esas mercancías y con el agravante de que no levantan las actas correspondientes?

¿Sabe usted que la oficina de Sencamer en el Zulia, entregada en su totalidad a afectivos de la GNB, está convertida en un verdadero maremágnum, donde se incumple la función que la ley impone y todo se convirtió en un nido de pequeños roedores?

¿Le habrá alguien enviado fotografías de funcionarios de la GNB, paseándose por los interiores y espacios exteriores de los diferentes centros que componen lo que se conoce como el mercado de Las Pulgas, en Maracaibo, donde los «bachaqueros» son los dueños y señores de los alimentos, las medicinas y demás productos regulados, en franca camaradería con quienes tienen la obligación de reprimirlos, decomisarles las mercancías y meterlos presos?

¿Sabía usted que sacan las pastillas de los «blíster» donde vienen empacadas para venderlas por unidad y con ello terminar de sacarle el alma al paciente, quien además tiene que subordinarse para curar su salud enferma haciéndolo todo ante los ojos que todo lo ven y todo lo callan?

¿Si le habrán contado la complicidad con los chinos, dueños de supermercados, abastos y demás casas de venta de alimentos y en medio de la mayor tolerancia, todo bajo la consigna de ―dame que yo te daré―?

Ante tantas irregularidades contra el honor, ¿Cómo permanecer callados ante tan pública y notoria grosería a la ley, de burla a la autoridad que ellos representan y no censurar tan deleznable y aborrecible conducta?

Muchas veces, de distintas formas, por diferentes medios e infructuosamente, he pedido, a los máximos dirigentes militares en el Zulia, que repriman cuanto hacen tantos oficiales generales, oficiales superiores, oficiales, suboficiales, clases y soldados (entiendo que así se les denomina) y que conocido por la opinión púbica tanto daño hace a la Institución Armada.

Sepa usted que soy un «fan» suyo, no de Fuerza Armada Nacional, pero tengo que decirle esto y mucho más que podré contarle, porque usted dijo que quien imputara hechos contrarios a la imagen de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, FANB, sería enjuiciado aplicándole a tal fin lo dispuesto en Código de Justicia Militar.

* No hay mal que por bien no venga. Todo lo hecho por Luis Almagro, secretario general de la OEA, hizo saltar todo cuanto de resentimiento existe contra la organización dentro del corazón e inteligencia de los pueblos de América Latina y, especialmente, contra los EE UU, que han usado el organismo a través de tantos «pobres diablos» que han dirigido la institución, cohonestando y, por momentos, aupando infamantes crímenes contra los Derechos Humanos, la Soberanía de las Naciones, la Autodeterminación de sus Pueblos y la Independencia de los Estados.

Almagro hace bien su papel de mayordomo sirviendo la mesa donde se sientan sus patronos, los gringos, acumulando méritos para que lo dejen comer las migajas que caen al suelo. No tiene dignidad, ni vergüenza, por lo tanto es inútil pedirle que renuncie.

No olvidemos que los marines norteamericanos invadieron la República Dominicana, en 1964 y la OEA, teniendo como secretario general, a otro uruguayo, José Antonio Mora, ni siquiera dijo esta boca es mía. Era presidente de Venezuela en tan infausta ocasión, Raúl Leoni.

El jueves 17 de junio de 2016, la OEA en pleno, pidió perdón a la República Dominicana por la infamia cometida, a la vez que instó a que se reinicien, sobre la marcha, las negociaciones entre Argentina y el Reino Unido, sobre Las Malvinas.

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