Víctor Manuel Rangel no puede ni siquiera registrar a sus dos hijos, tener un trabajo estable, abrir una cuenta en un banco o realizar cualquier actividad con la administración
Se llama Víctor Manuel Rangel, aparentemente. Nació, parece, hace 24 años; presuntamente, en Santa Bárbara del Zulia. Legalmente, no existe. Ni una partida de nacimiento ni un documento que acredite su filiación. Ninguno. Ni tan siquiera puede reconocer oficialmente a sus dos hijos. De extracto humilde, no puede acceder a un trabajo fijo, cobrar un cheque o abrirse una cuenta bancaria.
Su madre, al parecer, de origen colombiano, lo abandonó con su padrastro y la pareja de este. Era un bebé y, según, unos nació el antiguo Hospital Colón de esa población. Otros, por el contrario, apuntan que su natalicio se produjo en el campo, una costumbre muy extendida en aquella época. Sea como fuere, ningún familiar lo registró en ningún organismo. Ese hospital, que fue inaugurado por Carlos Andrés Pérez a principios de los años 1970, fue demolido. En su lugar se construyó el liceo Catatumbo y, finalmente, el mega-parque La Orilla.
Mientras se producía la demolición, se construía el Hospital General Santa Bárbara, que está en pleno funcionamiento. Ahora nadie sabe a ciencia cierta qué se hizo con los historiales médicos o las partidas de nacimiento del anterior centro hospitalario.
Búsqueda estéril
Veinticuatro años después, su lucha por conocer su identidad continúa. Con escasos recursos económicos recorre despachos de abogados, registros y hasta el Saime. Todas esas batallas han resultado estériles.
Sus dos hermanos tuvieron más suerte y dicha en ese proceso administrativo. Los dos tienen documentación, disponen de partidas de nacimiento y una identificación asegurada.
Víctor Manuel presentó las partidas de nacimiento de sus hermanos en el programa Se Ha Dicho, que emite Televen. Él dice que su madre se llama Raquel Ortiz Rangel. Sin embargo, en los documentos de filiación el nombre que aparece es el de Margarita Ortiz. Otra trinchera más.
Nadie «lo legaliza»
El drama de este ciudadano llega a extremos casi inexplicables: No ha podido reconocer a sus dos hijos, como es su voluntad y la de su pareja. Ambos iniciaron hace tiempo una cruzada legal y administrativa para conseguir ese objetivo y para que Víctor Manuel Rangel tenga acceso a un documento que lo identifique y que «lo legalice».
Él, pese a todo, continúa combatiendo por lograr una identificación. Confía en conseguirla y, por esa razón, lleva toda su vida intentando que alguna administración pública lo reconozca y que en un documento oficial pueda inscribir su nombre Víctor Manuel Rangel Ortiz.
Derecho constitucional
La Constitución es clara y tajante en este sentido. Su artículo 56 no puede ser más evidente: «Toda persona tiene derecho a un nombre propio, al apellido del padre o al de la madre, y a conocer la identidad de los mismos. El Estado garantizará el derecho a investigar la maternidad y la paternidad».
Asimismo, la Carta Magna añade que: «Todas las personas tienen derecho a ser inscritas gratuitamente en el registro civil después de su nacimiento y a obtener documentos públicos que comprueben su identidad biológica, de conformidad con la ley. Estos no contendrán mención alguna que califique la filiación».
Ahora confía en la providencia, en el destino que alumbre la cueva oscura que le ha acompañado durante todos estos años. Por ejemplo, saber dónde está su madre y si vive. Ella podría aportar un rayo de luz que aclare definitivamente su situación de ilegalidad o de inexistencia civil y administrativa.
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