El Banco Central de Venezuela notificó al Fondo Monetario Internacional a mediados de noviembre de 2018 que la economía venezolana se desplomó 15,7 por ciento en 2017 mientras que la inflación escaló a 860%, según revelaron a Bloomberg tres fuentes con conocimiento directo del asunto.
El gobierno venezolano envió al FMI la semana pasada estadísticas oficiales para evitar penalidades del organismo multilateral, lo que representan los datos más significativos recopilados en dos años.
Las principales caídas por sectores en el Producto Interno Bruto (PIB, suma total de bienes y servicios que produce la economía de un país en un año) se registraron en:
Sector petrolero -15%
Fabricación -25%
Construcción -53%
Financiero -32%
Importaciones públicas -27%
Importaciones privadas -51%
Las cifras oficiales admiten que la inflación se salió de control a 860% en 2017, mientras que la economía se contrajo 15.7% -el cuarto año consecutivo de recesión- según una fuente que prefirió declarar en anonimato. Después de que Venezuela suspendió la publicación de datos de crecimiento e inflación en medio de una crisis sin precedentes, el FMI advirtió sobre posibles sanciones por retener estadísticas y el banco central cumplió compartiendo las cifras el 20 de noviembre, dijo la fuente.
Venezuela ha utilizado los derechos especiales de giro del fondo para reforzar sus reservas internacionales en el pasado. La oficina de prensa del FMI declinó hacer comentarios. mientras que un portavoz del Banco Central de Venezuela no respondió de inmediato una solicitud de comentarios.
Si bien la admisión de la inflación en Venezuela sigue el pronóstico del FMI para el 2017 de 2.818%, y la estimación de Bloomberg’s Cafe con Leche Index es del 1,718 por ciento.
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Los datos confirman el considerable colapso de la economía de los miembros de la OPEP ahora devastada por la escasez, el desmoronamiento de la industria petrolera y el colapso de servicios públicos. A falta de estadísticas oficiales, los inversores y economistas se han basado en cifras de multinacionales, grupos de expertos e incluso indicadores que hacen un seguimiento del precio de los productos básicos, como los huevos y el café.
El presidente Nicolás Maduro insiste en que los males de su país son el resultado de una “guerra económica” a manos de sus adversarios en el país y en el extranjero, mientras que los economistas culpan en gran medida a la hiperinflación y el hambre de un complejo sistema de control de precios que engendra la corrupción.
La compilación de las estadísticas de inflación fue manejada por el director del banco central, Sohail Hernández Parra, dijeron las personas. Como economista de formación, Hernández fue un diplomático de larga data que trabajó directamente debajo de Maduro en su anterior papel como ministro de relaciones exteriores.
Después de ajustar las cifras preliminares, el conjunto de datos enviado al FMI apunta a caídas abrumadoras en 2017 en todas las áreas principales de la economía. El banco central también enviará datos para el primer semestre de 2018, que aún se están compilando, según las fuentes.
Foto: Agencia
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