Según análisis

Aseguran que Juan Guaidó se encuentra en su peor momento político

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27 de septiembre, 2019 - 3:29 pm
Karolay Ordoñez/Agencia

Llegó a ser “la gran esperanza de los detractores del chavismo” durante este año, pero “no se encuentra en su mejor momento político”. Así lo reconocen propios y extraños, en análisis de Boris Miranda para la BBC.

El argumento es amplio y sustancioso: “Poder de convocatoria mermado”, partidos de su coalición negociando con el gobierno por su lado, y el escándalo que no cesa en torno a fotografías suyas con cabecillas paramilitares de “Los Rastrojos” en Colombia.

El líder parlamentario atraviesa “semanas turbulentas y no pocos cuestionamientos”, agrega el detallado artículo que hace repaso a los ocho meses desde que el opositor juró como “mandatario interino de Venezuela”.

Recuerda que “ahora debe lidiar con copartidarios que le reclaman más moderación y diálogo, pero también (con) otros que le exigen mayor radicalidad hasta derrocar a Nicolás Maduro”, pero “ninguno de los dos extremos se produce”.

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El último intento de diálogo de los emisarios de Guaidó con el oficialismo (en Barbados y con la mediación de Noruega) fracasó hace apenas semanas y tampoco se ven hace meses las multitudinarias concentraciones que dirigió entre febrero y mayo.

Otro sinsabor reciente en este mes fue que uno de sus mayores y más agresivos aliados, John Bolton, dejó de ser el Consejero de Seguridad Nacional en el gobierno de Donald Trump. Con su salida, “Juan Guaidó perdió uno de sus más importantes aliados en la Casa Blanca”.

No obstante, en medio de los innumerables problemas por los cuales atraviesa, el jefe de la AN aún cuenta con el apoyo mayoritario de los partidos contrarios al chavismo y hace poco pidió a los venezolanos “prepararse para continuar la lucha para lograr el objetivo” a través de nuevas acciones.

¿Recuperará la iniciativa y el poder de convocatoria con este nuevo llamado cuando hay voces que señalan que no pasa por su momento de mayor popularidad ni mucho menos?.

De enero a mayo

La audaz jugada política de proclamarse “presidente encargado” en enero sorprendió a más de uno y la gran expectativa que generó Guaidó se tradujo de inmediato en enormes movilizaciones opositoras.

Luego vino la “avalancha humanitaria” de febrero, organizada desde Cúcuta (Colombia), en la que los 20 camiones cargados con cientos de toneladas de donaciones internacionales no lograron cruzar la frontera debido al cerco que puso Maduro.

La inmensa mayoría de los alimentos, medicinas y productos de limpieza donados aquella vez provenían de Estados Unidos, su mayor aliado internacional.

En aquella oportunidad, con los presidentes de Colombia, Chile, Paraguay y funcionarios estadounidenses esperándolo, Guaidó tuvo la osadía de burlar los controles venezolanos y pasar la línea fronteriza.

Durante esas semanas, la coalición de países americanos conocida como el Grupo de Lima reiteraba su reconocimiento al opositor, e incluso la Organización de Estados Americanos (OEA) le abrió la puerta al embajador del “presidente encargado”.

Cuando abril estaba por terminar, Guaidó anunció la “Fase Final de la Operación Libertad” y una vez más llamó a la población a manifestarse en Caracas.

Al lado de Leopoldo López, su mentor político recién liberado, y con una multitud en las calles de Caracas, Guaidó no logró el objetivo de cercar a Nicolás Maduro en Miraflores.

El exsecretario general de la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (2014-2016), Jesús “Chúo” Torrealba, explicó a BBC Mundo que hasta este punto la efervescencia era visible en las calles, algo que ya no es tan notorio en estos momentos. “Ya no se ven esas protestas multitudinarias”.

“Ciertamente no es este el momento de mayor ebullición del respaldo social a Guaidó. (…) Desde el punto de vista del respaldo popular, este no es el mejor momento para él, pero sigue teniendo un capital político muy importante”, indica el activista, quien es uno de los artífices de que el líder opositor haya llegado a la Asamblea Nacional.

Por ello, Torrealba añade que el jefe actual de la oposición es “el único político venezolano que pudiera ser la cara de una propuesta de cambio democrático” y que la Asamblea Nacional es la institución con más legitimidad para ser parte de ese proceso.

Pese a ello, advierte el entrevistado, “eso no es eterno y puede agotarse”.

Varias facciones de la oposición

Con la “Fase Final” convertida ya en un recuerdo, las posteriores acciones callejeras convocadas por Guaidó contaron con menor asistencia; y con el paso de las semanas se fueron diluyendo, aunque manifestaciones locales por demandas específicas todavía son parte del cotidiano venezolano.

En los meses posteriores, el gobierno y la oposición iniciaron un diálogo en la isla de Barbados que en agosto fue abandonado por Maduro y el 15 de septiembre por Juan Guaidó.

Un día después, el oficialismo y cuatro partidos opositores anunciaron que llegaban a un acuerdo que incluía, entre otras decisiones, la reincorporaciones de los diputados chavistas a la Asamblea Nacional y la restructuración del Consejo Nacional Electoral.

Los entrevistados que vieron de cerca lo sucedido, sostienen que es en este período en el que (en silencio) se profundizaron con mayor velocidad las diferencias entre las tres alas de la oposición venezolana, la moderada, la de centro y la radical.

Así lo explica el diputado opositor Timoteo Zambrano, miembro del partido Cambiemos, uno de los frentes políticos que decidió firmar el acuerdo presentado el 16 de septiembre junto a autoridades del gobierno bolivariano.

El entrevistado cuestiona que la cúpula que acompaña a Juan Guaidó optara por mantener una línea política dura en lugar de concentrarse en los problemas cotidianos de la población y comenzar a lograr resultados tangibles.

“En su momento hubo mucha oferta y no se concretó nada. No se consiguió algo con lo que la gente pudiera resolver sus problemas. Al final uno ve que no hay realizaciones concretas”, indica Zambrano a BBC Mundo.

El diputado interpreta así la paulatina merma en el poder de convocatoria del jefe de la oposición y cómo partidos como el suyo comenzaron a plantearse nuevas alternativas.

“Tienes que atender la emergencia social y si no lo haces generas desconexión con la gente”, afirma.

Zambrano considera que Guaidó “no está en un buen momento” y añade que cree que “debe replantearse su estrategia y quizás sumarse a este esquema que estamos trabajando (los acuerdos con Maduro)”.

“No buscamos dirigentes mesiánicos”

“Nosotros no buscamos ni caudillos, ni dirigentes mesiánicos. Yo le dije a Juan Guaidó que si él llegaba a esa presidencia (de la Asamblea Nacional) bajo el mismo esquema de los que habían estado no iba a trascender en lo que tenía que hacer”, concluye el líder de Cambiemos.

El análisis de la BBC también recuerda los hechos del 23 de febrero en Cúcuta, los del 30 de abril en Caracas y el diálogo en Barbados. “En ninguno de estos casos hubo consulta amplia a la policromía opositora venezolana”, advierte al medio Jesús “Chúo” Torrealba.

El político sitúa a Guaidó en la facción del centro, es decir, la que se encuentra atrapada entre la que pide negociar para obtener reivindicaciones paulatinas y la que insiste en mantener la radicalidad hasta derrocar a Nicolás Maduro.

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Desde el cuartel general de la oposición, la Asamblea Nacional, le restan importancia a las escisiones “que no tienen representatividad” y más bien apuntan al tiempo como el principal problema que tiene Juan Guaidó.

Así lo señala Manuela Bolívar, diputada del partido Voluntad Popular, quien le explicó a BBC Mundo que el paso de los meses incrementa la crisis social y también genera mayor presión sobre su movimiento para encontrar una solución.

“Claro que vivimos momentos difíciles y claro que la gente exige que esta salida sea pronta. Sin lugar a duda hay angustia, nadie lo está negando. Sabemos que el tiempo nos afecta como ciudadanos y como políticos”, indica la parlamentaria, quien es una de las opositoras más cercanas a Guaidó.

 

Con el tiempo en contra

Bolívar señala que es por ello que la oposición ha ensayado varias fórmulas “constitucional, pacífica e institucionalmente” durante todo este tiempo.

“Lo estamos intentando todo. Aquí en Venezuela estamos intentando todo lo que nos permita caminar juntos hacia una transición”, asegura.

Bolívar, sin embargo, también indica que el tiempo principalmente le juega en contra al gobierno “porque divide al régimen, lo socava y genera quiebres en la estructura totalitaria”.

Ante la pregunta sobre si es el peor momento del líder de la oposición, la diputada reconoce el complejo momento “porque el régimen mostró su peor cara”, pero relativiza que el liderazgo de Guaidó haya descendido.

“Es complicado hablar hoy de popularidad o de opinión pública. La gente no sabe, cuando responde a una encuesta, si el Sebin (Servicio Boliviariano de Inteligencia) te está escuchando y te puede quitar las cajas CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción) que son los únicos alimentos que llegan a algunos lugares. Por la zozobra y miedo es difícil medir esto”, asegura.

Con respecto a los cuatro partidos que dialogan con el gobierno por su parte, Bolívar les restó importancia y representatividad.

“Estas personas llegaron a ser diputados porque estaban dentro de la unidad. Ellos carecen de legitimidad. Ni siquiera podrías decir cuántas personas votaron por sus partidos, porque la gente votó por la unidad”, indica.

 

Cadena de escándalos

Más allá de las manifestaciones callejeras, divisiones y diálogos frustrados, varios sonados incidentes pusieron en entredicho el discurso de transparencia y lucha contra la corrupción profesado con insistencia por Juan Guaidó.

Primero, en junio de este año, un caso de supuesta malversación de recursos salpicó a dos de sus emisarios en Colombia.

Las denuncias tenían que ver con el presunto desvío de los fondos destinados a apoyar a la migración venezolana en suelo colombiano y ocasionaron que los dos implicados (ambos de Voluntad Popular) fueran relevados de sus funciones de inmediato en aquel entonces.

La decisión la tomó el mismo Guaidó y fue acompañada por una acción judicial interpuesta en Bogotá por Calderón Berti, reconocido por el gobierno de Iván Duque como “embajador”, y solicitando a la Fiscalía de Colombia que investigara el caso.

Sin embargo, las medidas sólo se tomaron cuando el escándalo adquirió dimensiones internacionales derivadas de la publicación en masa con epicentro en tierras cafeteras, donde las denuncias y evidencias resultaron tan sorprendentes como abrumadoras.

“El escándalo fue rápidamente aprovechado por el oficialismo, que acusó a los opositores crear una red de corrupción y de manejar un doble discurso respecto a la transparencia y honestidad”, señala BBC.

En ese momento, el corresponsal de BBC Mundo en Venezuela, Guillermo Olmo, calificó lo sucedido como un golpe “donde más le duele” a Juan Guaidó, pues una de sus principales banderas era su promesa de terminar con las corruptelas.

Aquella denuncia llegó a provocar cuestionamientos incluso desde los aliados del líder opositor como el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien exigió una rendición de cuentas.

Más recientemente, el nuevo dolor de cabeza del líder parlamentario fue provocado por la aparición de unas fotos en las cuales aparece con individuos señalados de ser parte del grupo paramilitarcolombiano “Los Rastrojos”.

Las imágenes, según se denunció, fueron tomadas el 22 de febrero, cuando Guaidó ingresó a Cúcuta (Colombia) por un paso irregular para encabezar la caravana de camiones con ayuda internacional que finalmente no llegaron a Venezuela.

Lea también: Presidente colombiano mintió en la ONU: presentó una foto para ‘demostrar’ la presencia del ELN en Venezuela que fue tomada en Colombia

En una de las tomas se observa que un hombre lo que parece ser una pistola o, al menos, un estuche para cargar un arma.

Desde hace dos semanas las fotografías se han convertido en la principal arma del chavismo para descalificar al presidente de la Asamblea Nacional y acusarlo de vínculos con bandas criminales colombianas. Pero también lo afirma buena parte de la prensa colombiana.

Desde ese país, los analistas políticos Sandra Borda y Fernando Posada señalaron que aquellas fotografías provocaron cuando menos interrogantes alrededor de la figura del político venezolano.

“Es bien posible que Guaidó no supiera con quién se estaba fotografiando, pero también lo es que sabiendo que la frontera está plagada de grupos irregulares, no haber generado un poco de sospecha frente a unos civiles con revólver al cinto es una conducta ingenua y hasta políticamente irresponsable”, escribió la politóloga en su columna en el diario colombiano El Tiempo.

Por su parte, Posada manifestó a BBC Mundo que las imágenes que se viralizaron rápidamente “generaron muchas dudas”.

El líder de la oposición venezolana rechazó de inmediato las acusaciones que lo relacionaron con paramilitares, mientras que el gobierno de Colombia (uno de sus aliados) aseguró que Guaidó sólo recibió apoyo de personal oficial tras ingresar a territorio colombiano hace siete meses.

Tras todo lo sucedido, el líder político afirma que “la dictadura está vencida en muchos terrenos” y se comprometió mantener a su movimiento cohesionado.

Afirmó el 19 de septiembre que está enfocado en una “solución urgente” para Venezuela y garantizó que cuenta con el apoyo “del mundo libre”. Su propuesta es la creación de un “Consejo de Estado Plural” que convoque a elecciones presidenciales, siempre y cuando Nicolás Maduro abandone el poder antes. A cambio, Guaidó ofrece despojarse de su investidura de “presidente encargado”.

El planteamiento ya fue rechazado en las negociaciones de Barbados por el chavismo, pero el hombre líder parlamentario no se rinde. Por ello pide “más apoyo y presión” a la comunidad internacional. Y a los venezolanos.

 

La confirmación “paramilitar” de Lilian Tintori

Sin embargo, la cadena de desencuentros no es poca. Cuando aún están frescas en el ámbito internacional las dudas acerca de las fotos de Guaidó, la activista venezolana y esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, dijo que su organización “Rescate Venezuela” trabaja con paramilitares para distribuir ayuda humanitaria en Venezuela.

Aunque se apresuró a emitir una aclaración en la que asegura que tuvo problemas con lo que quiso decir en inglés, lo cierto es que durante la Cumbre Concordia de las Américas (en Nueva York) dijo que: “Quienes nos ayudan a tener campamentos humanitarios en cada estado del país son los grupos irregulares”.

 

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Foto: Agencia

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