Otro cadáver fue hallado en la mina La Talavera, en El Callao, tras el derrumbe registrado el 31 de mayo. El alcalde Coromoto Lugo informó sobre la recuperación del cuerpo este martes 6 de junio. Aún no se ha revelado la identidad de la víctima.
Con este hallazgo se alcanza la cifra de 13 personas fallecidas, cuyos cadáveres han sido recuperados por funcionarios de Protección Civil y Bomberos Municipales.
Los mineros fallecieron por insuficiencia respiratoria luego de que las fuertes lluvias causaran un derrumbe en el terreno, dejando tapiados a los trabajadores en las galerías.
Los más de 50 funcionarios del sistema de gestión de riesgo participan en la búsqueda de sobrevivientes en la mina La Talavera, a la cual han podido ingresar a través de la mina Isidora, con el apoyo de la Corporación Venezolana de Minería.
Condiciones infrahumanas
Las explotaciones de oro, legales e ilegales, abundan en el sur del país. Los mineros trabajan frecuentemente en condiciones difíciles y los accidentes son comunes. Amplias zonas de esta región son presas de bandas armadas criminales.
El gobierno nacional estableció en 2016 una enorme zona de desarrollo minero que se extiende por el centro de Venezuela para diversificar sus ingresos.
Seis años después, proliferan las minas donde se realizan excavaciones para extraer oro, diamantes, cobre y otros minerales.
El Arco Minero del Orinoco está plagado de violencia y envuelto en el secretismo porque muchas minas funcionan casi al límite o fuera de la ley.
Estos lugares ofrecen lucrativos empleos a los venezolanos ordinarios, pero enfrentan condiciones terribles.
Los mineros típicamente comienzan su jornada sujetándose con una correa a un cable grueso de acero, del que se sostienen lo mejor que pueden mientras bajan unos 60 metros por un pozo, por el que ingresan en un mundo donde la única luz disponible es la proveniente de las lámparas en su cabeza
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