Y llovió el «Oro Negro»

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31 de julio, 2014 - 11:48 am
Redacción Diario Qué Pasa

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Foto: Agencias

Luego del reventón, el mundo volcó su mirada hacia esta zona. La opinión internacional tuvo conocimiento de la población de Mene Grande y de un país llamado Venezuela

Razón tenía María «La Loca», cuando en los albores del siglo XX, en medio de su inocencia  e ignorancia, predijo que unos hombres rubios y fuertes vendrían a estas tierras y harían brotar de las entrañas del Infierno un líquido negro que cambiaría la vida de quienes se ganaban el sustento con la pesca y agricultura.

Así fue. Hace 100 años se dio inicio a una estruendosa explotación petrolera, hecho que llamó la atención acerca de la potencialidad de los yacimientos nacionales, y que originó una competencia desenfrenada entre las compañías petroleras por adquirir concesiones en Venezuela tras el brote de 20 metros denominado «Oro Negro» en el Zumaque I.

Primer pozo

El Zumaque I fue el primer pozo de producción comercial con un volumen de 250 barriles diarios, a la vez fue el «descubridor» de la gran cuenca petrolífera del Zulia. Un grupo de hombres de la empresa The Caribbean Petroleum Company, concesionaria extranjera integrada más tarde al grupo Royal Dutch Shell —una de las antecesoras de Maraven— fueron los encargados de llevar a cabo las actividades de perforación del primero pozo productor de la entonces incipiente industria petrolera venezolana.

Los trabajos fueron iniciados el 12 de diciembre del 1914, cuando la humanidad entera se estremecía con las tensiones políticas que en Europa desembocaron en la I Guerra Mundial. El equipo utilizado para la exploración fue el denominado de percusión, que consistía en una pesada mecha atada a un cable que lentamente iba abriendo un hoyo en el subsuelo. A lo largo del tiempo este pozo ya ha cumplido cabalmente con todos los compromisos contraídos por el país, estableciendo patrones de buen servicio y honrando el hecho de haber nacido con un gran porvenir a cuestas.

El mundo posó su mirada

Para Israel Vicuña, conocedor del Centro Histórico en la Costa Oriental del Lago (COL), luego del famoso reventón, el mundo entero volcó su mirada hacia esta zona, por lo que la opinión pública internacional tuvo conocimiento primero de que existía la población de Mene Grande y que había un país llamado Venezuela.

Tras ese suceso, las inversiones no se hicieron esperar, al igual que la migración de personas provenientes de todo el mundo, quienes buscaban en este pueblo una mejor condición de vida, «cuando ocurrió el reventón habían instaladas varias empresas trasnacionales que eran precisamente las que estaban tras la pista del petróleo, pero con el correr de los años dio paso a un crecimiento extraordinario, y esa fue una de las causas que nos convirtieron en un país totalmente dependiente de la actividad petrolera, ya que se ofrecían mejores sueldos y mejores condiciones de vida, pero a la vez se acentuó la discriminación racial y social por los beneficios que esta aportaba a algunos y negaba a otros», resaltó Vicuña en entrevista con QUÉ PASA.

Deberes con el Estado

Las empresas favorecidas con la extracción del petróleo, estaban obligadas a iniciar la explotación en un período no mayor de cuatro años, el cual podría prorrogase si se pagaba una multa de 2.500 bolívares y a la vez gozaban de los siguientes derechos: podrían explotar cualquier riqueza del país, podían importar la maquinaria que necesitaran sin pagar el impuesto correspondiente para la época. El deber de esas trasnacionales con el Estado venezolano consistían en pagar un bolívar por hectárea como impuesto superficial, un royalty o regalía de 2 bolívares por cada tonelada métrica de petróleo producido y el 50% pagaban por la importación de los productos refinados.

Exigían un bolívar y agua fría

Comenta Zoila Reyes, de 96 años, quien era vendedora de arepas en la época de 1927 a sus 10 años, que las primeras huelgas petroleras fueron en esos años, «los obreros petroleros se declararon en huelga, ellos iban a mi puesto y yo escuchaba sus peleas. Años más tarde, en el 36 si no mal recuerdo, por un bolívar y por un filtro de agua fría se desató el segundo paro petrolero. Los trabajadores recibían mucho maltrato de sus patrones, que en su mayoría eran extranjeros. Además eran sádicos siempre me decían cosas obscenas en inglés, pero nunca le tomé importancia. En esos años la paciencia de esos hombre llegó a su límite, ya cansados de esa inhumana condición se organizaron con los líderes innatos y efectuaron las primeras huelgas; salieron a la calle a exigir respeto, hasta que sus líderes fueron asesinado de manera vil», cuenta Reyes.

Tumba de los caídos

Para 1936 y 1937 valientes hombres que no se dejaron subestimar y exigieron a las compañías sus derechos laborales, dieron el ejemplo al mundo entero luego de la aparición del petróleo en nuestro país.

Cinco hombres que pretendían organizar sindicatos en el municipio Baralt fueron asesinados ellos eran Pedro Pérez, Jesús García, Jesús Oropeza, José Pérez y José Mendoza

Hecho que ocurrió exactamente en Mene Grande un 18 de julio de 1936, «ellos no podían ir ni siquiera a las asambleas porque los cesanteaban, hasta que estos cinco hombres se reunieron tratando de formar sindicatos y llegó el jefe civil de la policía con varios hombres armados enviados por el hijo de Juan Vicente Gómez y los mataron a sangre fría, con esas muertes le dieron mayor fuerza al movimiento laboral y acabar con tanta injusticia», exclamó Zoila.

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Israel Vicuña, conocedor del Centro Histórico en la COL, «fue la bendición para Venezuela»

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Zoila Reyes, «los gringos eran sádicos y sucios»

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Este fue el equipo utilizado para perforar el Zumaque I

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En el 36 fueron las primeras huelgas petroleras

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En esta tumba yacen los cinco trabajadores asesinados

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