Colombia le hizo el trabajo sucio

Moïse en Haití: un ejemplo de como elimina EE. UU. a sus «amigos» inutiles

Haití
19 de julio, 2021 - 11:55 am
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Tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en su casa de Puerto Príncipe (la capital haitiana), cada día se revelan más aristas de la intervención de EE. UU y de su aliado colombiano en lo sucedido, pese a que Washington alegue que está afligido por la crítica situación en Haití.

Es revelador que Iván Duque, a horas del magnicidio ya estaba pidiendo la intervención militar y ofreciéndose para investigar lo ocurrido; una «huída hacia adelante» que no hace sino confirmar que conocía por anticipado lo planeado y «coordinado».

Es sospechoso e indicador al mismo tiempo, que el re-embajador de Bogotá en EE. UU., Francisco Santos, haya refrendado que la visita del director de la CIA a Colombia obedecía a la «coordinación de importantes manejos en la región», precisamente a días del magnicidio obrado por sicarios colombianos exmiembros del ejército nacional.

Entre tanto, varios expertos alertan que el asesinato de Moise podría convertir a Haití en una importante base militar de EE.UU. que le facilitaría un puente aéreo para lanzar ataques contra países de la región. Así lo ha expuesto el politólogo Eduardo Luque que ha razonado: “«desde Haití, se puede presionar a Cuba y a Venezuela, e incluso a Perú y Brasil, militarmente».

Es por esta razón que los asesinos de Moïse, eran mercenarios colombianos e informantes de la CIA, es el beneficiario sería el ue pueda sacar ventajas estratégicas de esta situación, que no es otro que EU, porque Haití sería convertido en una base muy importante en América Central”.

Lo anterior se corrobora al observar que los homicidas son informadores de las fuerzas de seguridad estadounidenses: FBI, CIA y la DEA, junto a paramilitares y militares colombianos, y que la contratista tiene nexos con la mafia cubana de Miami, con Iván Duque y Juan Guaidó. Toda una avanzada al servicio de la dominación.

En el propio EE. UU., CNN informaba que la DEA había confirmado que, al menos uno de los presos trabajó como su «fuente confidencial» en Haití. «Tras el asesinato del presidente Moise, el sospechoso se puso en contacto con la DEA que instó a que se entregara a las autoridades locales y, junto a un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, les proporcionó información», reza un comunicado de la agencia, enviado a CNN.

La historia de Haití es una sucesión de ocupaciones y guerras civiles. Desde 1915, su territorio está prácticamente bajo control de EE. UU.. En 1934 retiró sus tropas, pero continuó nombrando y destituyendo presidentes a su antojo.

Durante décadas, la atroz dinastía Duvalier gobernó con el apoyo de las armas gringas, cometiendo un verdadero genocidio pero, como servían a los intereses de las empresas de USA, permanecieron insustituíbles. En 1991, los haitianos fueron sometidos al mandato de Jean-Bertrand Aristide, que luego fue secuestrado en el 2004 por Washington: los «mariners yanquis» lo sacaron del país llevándolo a la República Centroafricana.

Durante más de un siglo, ésta ha sido la constante imperial aplicada a la primera república negra de América. Ahora EE. UU. y Colombia exigen una «intervención militar humanitaria», una propuesta del «manual de la CIA», como siempre.

Porque lo matan

Poco antes de su muerte, Jovenel Moïse había chocado con Washington, que le exigió su renuncia lo antes posible. Durante el 2020 lo habían instado a convocar elecciones presidenciales y parlamentarias y, pese a que era electo, los principales medios de comunicación de EE. UU. lo calificaban de dictador. Hasta que la noche del 7 de julio, previa coordinación colombo-estadounidense mercenarios colombianos bien armados, con pasamontañas, irrumpieron en su residencia y lo asesinaron.

Corolario

No es necesario suponer que los homicidas recibieron órdenes de Washington. Porque esa ha sido la praxis histórica que Washington siempre ha aplicado a esta víctima propiciatoria llamada Haití, un buen ejemplo de cómo se juega la política en la Casa Blanca.

El trágico destino de Moïse es una advertencia a los líderes de los países que venden su independencia a bajo precio. Cuándo ya no les son útiles, el imperio sencillamente prescinde de ellos por cualquier vía, sin remordimiento alguno, porque la tarea sucia siempre se la hace otro… en este caso Colombia

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