Hoy, hace 25 años, la rebelión Cívico-Militar movió las fibras revolucionarias en Venezuela para lograr el despertar de la fuerza popular de una nación
Para esa época los venezolanos habían vivido el Caracazo, situación que incremento el descontento del pueblo, la crisis política y económica se agudizaban mientras que el proyecto de los partidos Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) se diluían.
Enfermedades como el cólera y el paludismo eran el principal tema de salud que atacaba al pueblo así como la falta de servicios como el agua entre otras cosas.
No fue entonces, la madrugada del día 4 de febrero de 1992 cuando un gran despliegue llamado «Operación Ezequiel Zamora», dirigido por el teniente coronel Hugo Chávez Frías, con el propósito de rescatar la dignidad del pueblo.
Esta insurrección Cívico-Militar se desarrolló de manera simultánea en las principales ciudades del centro-occidente del país.
Despliegue Operación Ezequiel Zamora
Cabe recordar que la denominada «Operación Zamora» se inició la tarde del 3 de febrero y estalló en la noche, al retornar al país el presidente Pérez, luego de su participación en el Foro Económico Mundial, en la ciudad de Davos (Suiza).
En esta insurrección militar participaron agrupaciones revolucionarias y clandestinas existentes en el seno de las Fuerzas Armadas, conocida como Movimiento Bolivariano MBR-200.
La organización fue fundada en 1983 por los entonces patriotas capitanes del Ejército Hugo Chávez Frías, Felipe Acosta Carlés y Jesús Urdaneta Hernández, quienes se desempeñaban como instructores de la Academia Militar.
En ella también figuraban oficiales de graduaciones medias tales como comandantes, mayores, capitanes, tenientes y tenientes-coroneles, dicho movimiento se conoció como COMACATE. Asimismo, buena parte de los integrantes pertenecían a la promoción Simón Bolívar, la cual egresó de la Escuela Militar en 1975.
La gestión política y económica del presidente Pérez; el descontento de los sectores medios y bajos de las Fuerzas Armadas por los hechos de corrupción verificados en los altos mandos militares; la subordinación de las Fuerzas Armadas a un liderazgo político que consideraban incapaz y corrupto; la utilización de las Fuerzas Armadas, en particular el Ejército y la Guardia Nacional, en la represión de los disturbios del 27 de febrero de 1989; el cuestionamiento a la posición sostenida por el presidente Pérez en las negociaciones relativas a la delimitación limítrofe con Colombia; el deterioro de las condiciones socioeconómicas de la oficialidad media y baja de las tropas; fueron los argumentos que dieron pie a la rebelión cívico militar, de esa convulsionada Venezuela.
Con un «por ahora»
Ante estos hechos la historia quedo marcada por un prominente «por ahora» del comandante Hugo Chávez quien asumió que los objetivos planteados no habían sido logrados adjudicanse la responsabilidad, situación que llevo tanto a él, como a los oficiales de mayor rango involucrados en la insurrección fueron recluidos en el Cuartel San Carlos de Caracas y luego en la Cárcel de Yare en los Valles del Tuy. A semanas de este intento, el Tribunal Militar II de Primera Instancia Permanente de Caracas anunció que habían 133 oficiales (entre los cuales 24 fueron acusados de dirigir la rebelión y el resto de ser adherentes) y 967 soldados sometidos a la investigación.
Con el tiempo, las causas de muchos de los militares presos fueron sobreseídas, otros fueron dados de baja y otros indultados por el presidente Caldera en 1994 bajo la condición de solicitar su retiro de la Fuerza Armada, tal como sucedió con los oficiales que dirigieron la operación.
Comente