Diferendo de límites entre Venezuela y Guyana (y 4)

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1 de junio, 2015 - 5:19 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Foto: Agencias

La propiedad del territorio Esequibo venezolano (oeste del río Esequivo), fue siempre respaldada por importantes documentos. Los más destacados son: La Real Cédula de 1768, que precisa los límites de la Provincia venezolana de Guayana (la octava estrella que muchos apátridas no quieren) y reconfima su territorio en la Real Cédula de 1777, que crea la Capitanía General de Venezuela. La frontera queda posteriormente igual de definida en el Tratado Venezolano-Español de 1845 bajo los puntos anteriores de 1777.

Causas viciadas del laudo arbitral

No existe justificación alguna para dicha sentencia: El magistrado de Martens creó un Código de solución de controversias para este Laudo, debido a que si la solución proviene de un arreglo político y no es de carácter de derecho, no se puede encontrar motivo alguno para el resultado del Laudo.

No se examinó el status territorial que existía para el momento de la toma de posesión de la Guayana Esequiba.
Los árbitros ingleses no actuaron como tales: sino como representantes activos de los intereses de la corona británica.

Se descubre que fueron utilizadas pruebas adulteradas como bases para la sentencia.

Se tornó el objetivo a un caso político y no de aplicación de reglas jurídicas: Según un Extracto del Memorándum confidencial del Ministerio de Relaciones Exterior británico se explica el descaro de los intereses británicos.

La sentencia no precisó la cláusula prescriptivadel modo de adquirir la propiedad del territorio. La cláusula hasta 1814 permitía la ocupación a un pequeño triángulo entre los Ríos Pomeron, Moruca y Esequibo; pero para los ingleses la clausula les permitía el dominio pleno sobre un territorio si se tenía para la fecha más de 50 años ocupado.

Síntesis del conflicto limítrofe y las causas viciadas del Laudo

La disputa entre Venezuela y Gran Bretaña comenzó, cuando menos, con la adquisición por parte de GB de los establecimientos de Demerara, Berbice y Esequibo, mediante el Tratado de Londres de 1814, pactado con los países bajos (Holanda).

Si bien esos establecimientos no tenían límites occidentales claramente definidos, GB estaba en posesión de un territorio. Y permaneció indiferente respecto a la extensión exacta de su colonia hasta 1840 que recibió informes de la enorme riqueza minera de la zona, entonces comisionó al ingeniero Robert Schomburgk, para que inspeccionara y trazara sus fronteras, las cuales éste demarcó mediante hitos, delineó en mapas y marcó sobre el territorio, de acuerdo a los yacimientos que pretendía GB. Esto provocó un escándalo en Londres

La reiterada protesta de Venezuela logró que los hitos colocados por Schomburgk fueran removidos por orden expresa del primer ministro, Aberdeen. Bajo estas circunstancias parece imposible considerar esa línea como una frontera reclamada como derecho por GB. No fue mas que una línea basada en conveniencias y oportunismo.

Desde 1840 GB, de tiempo en tiempo, señaló varias otras líneas fronterizas, pero todas como convencionales, que en ninguna instancia fueron exigidas como asunto de derecho. Pero, al mismo tiempo, existe un continuo aumento de territorio en la aspiración británica.

EE UU, pese al engaño y contubernio con Londres, mediante interposición de sus buenos oficios, a instancias de Venezuela, le hizo entender a GB, que la controversia involucraba sus intereses y que no podía mirarse con indiferencia.

Gran Bretaña se rehusó, constantemente, a someter la disputa a arbitraje, excepto bajo la condición de que Venezuela renunciara a gran parte de su reclamación y le cediera una amplia porción del territorio en disputa.
Venezuela exige como suya la llamada «Guayana Esequiba» (utis posidetis) es decir la zona al occidente del río Esequibo, que históricamente perteneció a la Capitanía General de Venezuela.

El Laudo de París dictado por el Tribunal de Arbitraje entre  Venezuela y la Guayana Británica le otorga a Gran Bretaña (GB) un territorio de 159 mil km² al oeste del río Esequibo que pertenecía a nuestro país. La decisión fue rechazada por no ajustarse a derecho.

El gobierno inglés firmó en 1966 el Acuerdo de Ginebra en el que reconoce nuestra reclamación sobre el Esequibo.
El gobierno copeyano de Rafael Caldera idea y firma en 1972 el protocolo de Puerto España que congela por 12 años  la reclamación venezolana obviando el Acuerdo de Ginebra. Es considerado una traición. El Congreso permaneció indiferente.

El gobierno de Lusinchi decidió en 1984, no renovar el Protocolo de Puerto España. Y, Venezuela vuelve al Acuerdo de Ginebra.

En 2010 el gobierno de Hugo Chávez decide tomar el camino del buen oficiante de la ONU.

En el 2013 el Gobierno de Venezuela ratifica ante la ONU la reclamación sobre el Territorio Esequibo y pide celeridad al oficiante.

Una oportunidad de oro

Como decíamos en una entrega anterior de este trabajo, Guyana ha planteado, por primera vez, buscar una solución definitiva a la reclamación venezolana sobre el Territorio ubicado al oeste del río Esequibo. En vista de que los buenos oficios de Paúl Girvan, representante del Secretario general de la ONU Ban Ki-moon no han funcionado, Guyana sugiere el arbitraje, o la decisión de la Corte Internacional de la Haya.

Este nuevo e intenso interés de Guyana —económico— en ensanchar «su» plataforma continental por las inversiones de transnacionales en territorio hasta ahora común, debe aprovecharlo Venezuela para replantear la negociación prevista en el Acuerdo de Ginebra (1966). El hecho de que el actual «status quo» ya no satisfaga a Guyana, puede favorecernos si se utiliza inteligentemente la oportunidad.

Frente a la nueva posición de Guyana Venezuela debería:

Ratificar públicamente que el frente venezolano del Atlántico, al norte del Esequibo (Región Barima-Guaini), no es negociable.

Reforzar el patrullaje tradicional de la Armada en nuestra fachada atlántica.

Designar ya, un negociador o facilitador venezolano a tiempo completo.

Buscar el apoyo legislativo mediante una Ley, el judicial mediante un grupo de expertos en derecho internacional, y un gran consenso nacional que apuntale las vías u opciones de solución.

Necesitamos reimprimir la totalidad del caso. Todos los volúmenes, anexos y mapas, presentados tanto por Venezuela como por GB.

Las posibles vías alternas de solución (opciones):

Continuar negociando con el apoyo del «buen oficiante» o mejor de un mediador,que es el paso previsto en el Acuerdo y en el Art. 33 de la Carta de la ONU sobre mecanismos de solución pacífica a las controversias entre estados.

Ir a la Corte Internacional de la Haya (Arbitraje) solo para resolver el problema central de la interpretación del Acuerdo de Ginebra. Guyana argumenta que el mismo consiste en establecer la validez de la disputa venezolana que sostiene que el Laudo de 1899 es nulo. Se trataría de una disputa básicamente jurídica. Venezuela afirma que no tiene sentido plantear una salida «práctica y bilateral-mente satisfactoria», como reza el Acuerdo, a una controversia estrictamente jurídica.

Recurrir al arbitraje de terceros, «ex aequo et bono» (igualmente bueno), que diera como resultado un arreglo práctico de la controversia. Esta solución sólosería posible si Guyana acepta nuestra interpretación del Acuerdo de Ginebra, voluntariamente o exigida por una sentencia de un tercero según la alternativa de ir a la Haya.

Recurrir a la Corte Internacional de la Haya para definir la validez o nulidad del Laudo de 1899. Esta alternativa está basada sobre la interpretación guyanesa del Acuerdo de Ginebra. ¿Por qué es la preferida de los guyaneses? Porque los dictámenes y opiniones de los juristas internacionales, que conocen el caso, la consideran negativa para Venezuela. No obstante es una opción.

Una solución inteligente, muy imaginativa, que combine los procedimientos ya mencionados, como ejemplo: la forma de solucionar la controversia del Canal del Beagle, entre Chile y Argentina. En un primer período —confidencial— hubo negociaciones bilaterales que aproximaron las posiciones y en la etapa pública y definitiva se dejó en manos del Arbitraje (Juan Pablo II) la solución definitiva, basada obviamente en las conclusiones iniciales.

Actualmente, los dos gobiernos siguen buscando una solución, y han anunciado que la controversia está próxima a resolverse. Es así como, estando a la espera de una respuesta definitiva, el territorio situado al oeste del río Esequibo, sigue presentandoen el mapa rayas diagonales que lo identifican como un «Territorio en Reclamación».

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