Las autoridades deben ceñirse al derecho internacional que regulan las relaciones entre los países
Foto: Agencias
La canciller venezolana instó al gobierno español a que respete la soberanía del país. Mario Isea fue citado en España por el Ministerio de Relaciones Exteriores de España
Caracas — «No permitiremos intervencionismo» fue la frase que marcó la declaración ofrecida ayer, por la canciller Delcy Rodríguez, tras la reunión con el embajador de España en Venezuela, Antonio Pérez.
Rodríguez destacó que en el encuentro le fueron leídas a Pérez las declaraciones que autoridades del gobierno español, realizaron en los últimos seis meses, donde las que autoridades de esa nación se «han pronunciado en contra de Venezuela, de sus poderes legítimos y de sus decisiones soberanas».
La canciller también instó al gobierno que «respete la soberanía de Venezuela y al Gobierno legítimo y constitucional de Venezuela. Es la voluntad firme que el presidente Nicolás Maduro lleve las riendas como jefe de Estado».
Al tiempo que le solicitó que deben ceñirse al derecho internacional.
Asimismo, la canciller venezolana indicó que se hará una revisión exhaustiva de las relaciones entre España y Venezuela y que las medidas tomadas las darán a conocer más adelante.
Más temprano
Antes de la mencionada reunión, el Ministerio de Asuntos Exteriores español convocó al embajador de Venezuela en la nación ibérica, Mario Isea, para trasladar el malestar y rechazo del Gobierno por las declaraciones realizadas por el presidente Maduro el pasado 14 de abril, quien enfatizó que prepara un conjunto de respuestas integrales para «dar la batalla a Madrid».
Esto como respuesta a la resolución del parlamento español en favor de la liberación de los opositores venezolanos quienes se encuentran detenidos por su presunta participación en actos desestabilizadores.
Reunión
El embajador venezolano fue recibido en el Ministerio de Relaciones Exteriores español por el director general de Iberoamérica, Pablo Gómez Olea.
El ejecutivo español emitió un comunicado en el que calificó de «intolerables» las «declaraciones, insultos y amenazas» en su contra, asegurando que este tipo de comentarios «no contribuyen a un mínimo entendimiento entre los dos gobiernos».
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