Casos de corrupción de Gobierno

4 de abril, 2016 - 12:47 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Foto: Cortesía

Un buen amigo, honorable a carta cabal, me dijo: «La Crisis Ético-Moral, es la amenaza más grande que tiene la República»; y es cierto, la corrupción no solo está acabando con Venezuela, sino que destroza el Chavismo, o sea, el Poder Popular, porque es algo que no puede explicarse y menos justificarse si los corruptos son los jerarcas del partido o sus adláteres, los secuaces que ejecutan las fechorías, como es el caso de Roberto Rincón Fernández y compañía, y los tantos robertos rincones metidos en drogas (el último escándalo de los cinco detenidos en La Romana, secundados por otros tantos con base en Venezuela, todos los cuales, la pléyade de bandidos ladrones del Tesoro Público, que se han convertido en temibles porque amenazan con «soltar la lengua» e involucrar a los «chivos pesados».

Además de los pesos pesados, nos encontramos con miles de funcionarios y sus compañeros de fechorías, miembros de lo que llamamos el «sector privado», beneficiarios directos e instigadores del asalto a los bienes públicos y así, entre todos van horadando la fortaleza política, fundamentada en principios y convicciones de cuantos como yo nos declaramos Chavistas porque creemos en la doctrina contenida en el Socialismo del Siglo XXI.

El desiderátum es: O acabamos con los corruptos o ellos acaban con nosoztros.

Primer Caso — Sobre mi mesa de trabajo reposan informaciones relacionadas con situaciones que solo pueden explicarse cuando a ellas se transpolan las pervertidas realidades morales, que desgraciadamente se adueñaron del hacer cotidiano, comenzando con los llamados «grandes negocios» y sumergidos los protagonistas en el ámbito político, casi vacío de valores y, de aquí pa’lante, paseémonos por todos los espacios.

CENCAMER.- Pocas semanas atrás, de la noche a la mañana y después de ordenar el señor Presidente, el regreso de los militares a sus cuarteles, la GNB asumió, totalmente y en todo el país, las funciones de CENCAMER, organismo competente para aferir pesas y medidas, regular precios de estacionamientos, certificar la producción nacional, etc, etc., y el primer paso lo dieron despidiendo a todos los funcionarios civiles al servicio de la institución, hoy día al mando del coronel, Alexánder Román, a nivel nacional y, en el Zulia, del mayor (R) William Avariano Sosa.

Se armó el festín del dame que yo te doy. Vendedores al detal, buhoneros, bachaqueros y demás vividores,  se volvieron a posesionar de las balanzas para pesar, las colombianas, que trabajan en libras, esas que cuando marcan 1 (uno) no es un kilo, sino 1 (una) libra, equivalente a 16 onzas o a 453 (cuatrocientos cincuenta y tres) gramos, menos de medio kilo y así roban al comprador con el peso y con lo que le cobran. Lógicamente, permitir semejante fraude colectivo, conlleva su «limosnita por amor al diablo».

En los estacionamientos cobran cuanto le viene en ganas al dueño, un «honorable» empresario o al encargado, un sometido «sigüi» y cuando usted amenaza con denunciarlos a SENCAMER, ellos mismos, con una sonrisa socarrona en los labios, lo retan a que vaya: Se saben protegidos por la impunidad y por la santificación de la corrupción: una suerte de indulgencia plenaria que se reparte a cambio de la criolla «bajada de la mula».

Segundo caso — Para mediados de septiembre, primeros de octubre del año pasado, tres (3) mil reses venezolanas pasaron a Colombia. ¡Oh, Milagro, Venezuela exporta ganado!

El rebaño lo integraron con animales de varias haciendas zulianas, una de ellas de un importante jefe político y, el resto, con animales no de muy buenas condiciones y compradas para exportarlas a precio de reses flacas, porque flacos estaban los animales  y, por tanto,  de poco rendimiento cárnico por animal y de escuálido valor.

Ese lote de reses regresó a Venezuela como si fuera una importación que se hacía de animales colombianos, 1.500 animales para abastecer la red pública, Bicentenarios, Pdvales, etc. y 1.500 animales para la red privada, a cuyo efecto estos «niños de pecho» solicitaron divisas, «dolariños limpios», que representaron el gran negoción. ¿Verdad que los venezolanos somos una suerte de genialidad para robarnos los unos a los otros y, además, para que nuestros compatriotas nos reconozcan como los más «vivos» entre los muy «vivos»?

Yo tengo el nombre de quien montó esta operación de altísima genialidad financiera y las conexiones que le permiten hacer tan «inocentes trácalas» con vacas flacas vendidas como vacas gordas, lo cual lo lleva a explorar otros campos del fabuloso mundo de los negocios sucios, que no son pocos y de los cuales se habla con mayor recurrencia.

No tengo las pruebas completas —si se el nombre del dueño de una de las fincas de donde, supuestamente, salió un lote grande—, pero poseo indicios sólidos que hacen posible la publicación de este caso, porque sabiendo ellos que todo lo demás está escrito y puesto a buen recaudo, aunque no publicado, me permite seguir adelante. La posesión de la verdad me protege. Ojalá pronto puede terminar de unir todas las piezas del rompecabezas.

Tercer caso — MERCAMARA, da para todo y para todo el mundo, convocando a cuantos tienen alguna cuota de autoridad y saben de los fabulosos negocios que este punto de convergencia concentra, llamando a cuantos buscan desesperados el palo donde ahorcar la decencia, la honradez y la vergüenza.

Le hago un llamado de atención al coronel Villalobos, coordinador de este importantísimo centro de distribución y venta de alimentos, para que le meta el ojo a ese escándalo público que protagonizan quienes venden y quienes compran, para que les vaya cerrando el círculo y podamos acabar con este punto de acción donde se distorsiona el mercado y nacen: la especulación, el contrabando de extracción y la escasez.

Posiblemente el general de división, Tito Urbano Melean, Jefe de la ZODI (Zona de Defensa Integral); el general de división, GNB, Sixto Morales Núñez, Segundo Jefe de la ZODI y el almirante Cesar Saavedra, Jefe de la Sala Situacional del Zulia, puedan intervenir para ayudar a poner orden en Mercamara.

En este ámbito también podría actuar el mayor general, Franklin Horacio García Duque, Jefe de la REDIO, (Región de Defensa Integral de Occidente, en virtud de lo cual ejerce la máxima autoridad militar en la zona), quien a su vez podría ordenar una investigación para saber quien autorizó, al Grupo de Cándido, a construir un hangar para el avión particular de ellos, en el aeropuerto de  la Chinita, reservada, por razones de defensa estratégica, para uso militar.

Nosotros continuaremos ocupándonos del asunto, siguiendo la punta del ovillo, que es un embrollo o enredo de significación.

Cuarto Caso — Se trata de Avícola de Occidente, C. A., AVIDOCA, una empresa productora de pollos, desarrollada en todas sus fases, desde los huevos fértiles, pasando por los pollitos, pollos de engorde, gallinas ponedoras, fabricación de alimentos, alimentación de las aves, cuidados de las mismas, matadero y comercialización, contando para ello con toda la infraestructura a través de la red de granjas, propiedad de la familia Bohórquez.

Hay quien le tiene la vista puesta a este negocio, muy bueno y próspero, consolidado y clasificado «de punta», por representar una significativa cuota en el mercado alimentario de primera necesidad. Se dice que unos presuntos compradores, tienen el propósito de comprar esta productiva empresa en la cantidad de 18 millones de dólares a cuyo efecto adelantan toda una acción para llevar la compañía a un estado de «ahorcamiento mercantil» para obligarlos a vender. 

La próxima semana continuaremos con este caso y otros de especial significación.

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