El gobierno estadounidense del presidente Barack Obama ha exigido en un tono relativamente inusual que el primer ministro del régimen sionista-israelí, Benjamín Netanyahu, destituya de inmediato al ministro de asuntos militares, Moshe Yaalón, por hacer comentarios «ofensivos e inapropiados» sobre el secretario de estado de EE.UU., John Kerry.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney ha exhortado a Netanyahu que además rechace públicamente las declaraciones de su ministro, quien ha calificado de «obsesivo» y «mesiánico» al secretario de estado por sus iniciativas de paz para el Oriente Medio.
Yaalón dijo este martes que «Kerry —quien ha venido a nosotros determinado y está actuando con una obsesión incomprensible y un sentimiento mesiánico— no me puede enseñar nada sobre el conflicto con los palestinos». El ministro israelí ha añadido de un modo irónico que «lo único que puede salvarnos es que Kerry gane el Premio Nobel y nos deje en paz».
Ayer mismo, Netanyahu reconoció que las discrepancias que mantiene su régimen con Washington pueden ser «sustanciales». Algo que echa más gasolina a la candela.
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