Los enfrentamientos entre manifestantes y policía así como el saqueo de negocios continuaron el lunes en Sudáfrica por cuarto día tras la entrada en prisión el jueves del expresidente Jacob Zuma
Los enfrentamientos entre manifestantes y policía así como el saqueo de negocios continuaron el lunes en Sudáfrica por cuarto día tras la entrada en prisión el jueves del expresidente Jacob Zuma, obligando al despliegue del ejército en dos provincias afectadas.
Los disturbios desencadenados tras el encarcelamiento de Zuma están motivados también por la complicada situación económica del país y las restricciones que trajo la tercera ola de la pandemia de coronavirus.
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Estos altercados se producen al mismo tiempo que el Tribunal Constitucional, que ordenó el arresto de Zuma por su negativa a declarar ante una comisión de investigación sobre la corrupción estatal durante su mandato (2009-2018), revisa su decisión de detener a Zuma.
El expresidente sudafricano pidió este lunes al Tribunal Constitucional que lo deje salir de la cárcel anulando la condena de 15 meses que le fue impuesta por desacato.
Zuma, destituido en 2018 debido a escándalos de corrupción, quiere que se anule esta sentencia alegando que se impuso en su ausencia.
Si esto falla su equipo intentará convencer a los jueces de que la cárcel no es la sanción apropiada en vista del delito constituido, por varias razones, como las consecuencias para la salud de Zuma, según una nota de prensa emitida por la corte el sábado.
Zuma, de 79 años, también solicita ser liberado de la moderna prisión de Estcourt en zona zulú, cerca de las montañas Drakensberg, debido a su edad y aduce que la pandemia hace que no corra peligro de fuga.
El otrora apodado «presidente de teflón», por su habilidad para eludir la justicia, pasó su primera noche en la cárcel el jueves después de entregarse a las autoridades media hora antes de que venciera el plazo de tres días que el tribunal le exigió para entrar en prisión.
Despliegue del ejército
El ejército anunció este lunes su despliegue en las provincias de Johannesburgo y KwaZulu-Natal (este) para ayudar a la policía a controlar los actos de violencia y pillaje que estallaron desde el domingo.
En un contexto de desesperación económica a raíz del confinamiento, la policía se vio desbordada en los últimos días para sofocar unos disturbios que empezaron en KwaZulu-Natal, donde Zuma fue encarcelado el jueves, y se extendieron a la capital económica, Johannesburgo.
Las televisiones locales difundían en directo imágenes de tensión con carreteras bloqueadas y centros comerciales saqueados en la provincia de Kwazulu-Natal.
En las imágenes se podía ver una inmensa nube negra de humo en el techo del centro comercial de Brookside en Pietermaritzburgo (este) mientras los asaltantes salían del edificio en llamas con carritos llenos de mercancías.
Al mediodía del lunes se vio a soldados patrullando las calles de Pietermaritzburgo, aunque el ejército afirma en su comunicado que «el despliegue comenzará cuando todos los procedimientos» preparativos estén instalados.
Se incendiaron, además, camiones a lo largo de una carretera nacional cerca de Durban, uno de los mayores puertos del África austral. También hubo incendios de decenas de coches en Johannesburgo y KwaZulu-Natal.
El presidente Cyril Ramaphosa reiteró su llamada a la calma el domingo por la tarde, afirmando su preocupación ante protestas «esporádicas pero cada vez más violentas».
La policía afirmó que más de 200 personas habían sido detenidas.
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