Con una larga lista de reproches a su antecesor y a la clase política del país pero con numerosas promesas de cambio, Rodrigo Chaves Robles asumió el domingo la presidencia de Costa Rica para los próximos cuatro años
En un acto que no contó con público como ocurrió en los traspasos de poderes durante los últimos 20 años, Rodrigo Chaves fue juramentado en la Asamblea Legislativa en presencia de los diputados y delegaciones invitadas y junto a sus vicepresidentes Stephan Brunner y Mary Munive. Sucede en el cargo a Carlos Alvarado Quesada.
En un discurso que volvió a la tónica confrontativa y de reproche a la clase política que marcó su campaña electoral, Chaves hizo un repaso de los múltiples problemas que aquejan al país centroamericano, que van desde alto costo de la vida, hasta las presas en las calles, las largas filas de atención en la seguridad social y el flagelo de la delincuencia y el narcotráfico.
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«Es el momento de dejar atrás las viejas prácticas que tanto nos cobra, y con toda razón, el pueblo costarricense. Aquí no hay distingos entre oficialismo y oposición. Si una vez más la clase política falla, el país se podría desmoronar», afirmó Chaves en declaraciones citadas por The Associated Press.
Chaves se convirtió en el mandatario 49no en la historia de Costa Rica tras ganar las elecciones presidenciales en segunda ronda ante el exgobernante José María Figueres, del tradicional Partido Liberación Nacional. El nuevo líder, del conservador partido Progreso Social Democrático, sirvió como ministro de Hacienda en el gobierno de Alvarado durante seis meses.
A Chaves le reprochan principalmente los sectores feministas el haber sido acusado por acoso y sancionado por conductas inadecuadas mientras fue funcionario del Banco Mundial.
En su discurso, Chaves dijo que muchos han querido vender la idea de que Costa Rica es un país «ingobernable», e hizo un llamado al pueblo para que no pierda la esperanza.
«Véanme como lo que soy, un instrumento humilde para cumplir con el mandato del pueblo, un pueblo que unido puede lograr el cambio inaplazable que nos impone la historia», expresó.
Con Alvarado a un lado, Chaves reprochó a su antecesor y exjefe por decir que la «casa está ordenada», en referencia a las medidas tomadas para atender el déficit fiscal.
«No solo vamos a ordenar la casa. La vamos a reconstruir», prometió.
El acto de juramentación contó con la presencia de más de 90 delegaciones internacionales, entre ellos los presidentes de Colombia, República Dominicana, Kosovo, Marruecos, Panamá y el rey de España, Felipe VI.
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