Hace 10 años

Rechazan libertad anticipada al paralímpico Oscar Pistorius, condenado por asesinar a su novia

Pistorius
31 de marzo, 2023 - 5:31 pm
AgenciasEl excampeón paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, condenado por el asesinato de su compañera Reeva Steenkamp hace diez años, permanecerá en prisión tras rechazo a su pedido de libertad condicional. "La razón invocada es que el detenido no ha completado el período mínimo de detención, según el Tribunal Supremo de Apelación", es decir, la última instancia que condenó a Pistorius en 2017 después de múltiples apelaciones, dice el comunicado. "La solicitud ha sido rechazada" y "será revisada en un año", dijo a la AFP la abogada de la familia de la víctima, Tania Koen. Un comité ad hoc se reunió el viernes en la prisión de Atteridgeville, cerca de Pretoria, donde el exatleta, de 36 años, cumple una condena de más de trece años. Oscar Pistorius "nunca dijo la verdad" La ley sudafricana establece que una persona condenada por asesinato puede obtener la libertad anticipada una vez que haya transcurrido la mitad de su sentencia. Los padres de Reeva Steenkamp, la víctima, habían manifestado su oposición a su liberación anticipada, considerando que Oscar Pistorius nunca dijo la verdad. "No creo en su historia", dijo la madre visiblemente angustiada, June Steenkamp, a los periodistas que se agolpaban junto al auto en el que llegó a la prisión para participar en la audiencia de la comisión. La madre finalmente no tuvo que testificar frente al asesino de su hija por decisión de la comisión, dijo su abogada Tania Koen. Los padres de la víctima viven "una sentencia de cadena perpetua" desde la muerte violenta de su hija, dijo Koen. "La echan de menos todos los días", añadió. "Todo el procedimiento provocó un trauma inútil para ambas partes", lamentó. "Creen que no debe ser liberado" porque "no ha mostrado remordimiento y no está rehabilitado, porque si lo estuviera, habría sido honesto y habría contado la verdadera historia de lo que sucedió esa noche", insistió. La comisión debía oficialmente examinar si se cumplió "el objetivo del encarcelamiento", explicó la administración penitenciaria. También se examinó el comportamiento del detenido, su estado físico y mental y el riesgo de reincidencia. Mató a su esposa por "celos" El caso se remonta a hace diez años. En las primeras horas del Día de San Valentín, el 14 de febrero de 2013, Pistorius disparó con un rifle a través de la puerta del baño de su habitación. La modelo Reeva Steenkamp, de 29 años, que había venido a pasar la noche a su casa en Pretoria, recibió cuatro disparos. El seis veces campeón paralímpico, rico y famoso, se había convertido en leyenda del deporte un año antes compitiendo con los válidos en los 400 metros de los Juegos Olímpicos de Londres, algo inédito para un doble amputado. "Blade Runner", su apodo en referencia a sus prótesis de carbono en forma de patas felinas, fue arrestado a primera hora de la mañana. Según él se trata de un error y explicó que creía que un ladrón había logrado irrumpir en su residencia, bajo importantes medidas de seguridad. Durante su juicio en primera instancia, transmitido en vivo por televisión durante ocho meses en 2014, Pistorius apareció llorando e incluso vomitó cuando leyeron el informe de la autopsia. Fue condenado a cinco años de prisión por homicidio involuntario. Pero la fiscalía consideró la pena demasiado indulgente y apeló para exigir una condena por asesinato. Durante el juicio de apelación, Pistorius compareció ante los jueces mostrando sus muñones. Un psicólogo de la defensa le describió entonces como un hombre "roto". Fue condenado a seis años de prisión por asesinato. Pero la fiscalía seguía considerando insuficiente la sentencia y en 2017 el Tribunal Supremo de Apelación le condenó a 13 años y 5 meses de prisión. Al final, terminó abandonado por sus patrocinadores y arruinado.

El excampeón paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, condenado por el asesinato de su compañera Reeva Steenkamp hace diez años, permanecerá en prisión tras rechazo a su pedido de libertad condicional.

«La razón invocada es que el detenido no ha completado el período mínimo de detención, según el Tribunal Supremo de Apelación», es decir, la última instancia que condenó a Pistorius en 2017 después de múltiples apelaciones, dice el comunicado. «La solicitud ha sido rechazada» y «será revisada en un año», dijo a la AFP la abogada de la familia de la víctima, Tania Koen.

Un comité ad hoc se reunió el viernes en la prisión de Atteridgeville, cerca de Pretoria, donde el exatleta, de 36 años, cumple una condena de más de trece años.
Oscar Pistorius «nunca dijo la verdad»

La ley sudafricana establece que una persona condenada por asesinato puede obtener la libertad anticipada una vez que haya transcurrido la mitad de su sentencia.

PistoriusLos padres de Reeva Steenkamp, la víctima, habían manifestado su oposición a su liberación anticipada, considerando que Oscar Pistorius nunca dijo la verdad.

«No creo en su historia», dijo la madre visiblemente angustiada, June Steenkamp a los periodistas que se agolpaban junto al auto en el que llegó a la prisión para participar en la audiencia de la comisión.

La madre finalmente no tuvo que testificar frente al asesino de su hija por decisión de la comisión, dijo su abogada Tania Koen. Los padres de la víctima viven «una sentencia de cadena perpetua» desde la muerte violenta de su hija, dijo Koen. «La echan de menos todos los días», añadió. «Todo el procedimiento provocó un trauma inútil para ambas partes», lamentó.

»Creen que no debe ser liberado porque no ha mostrado remordimiento y no está rehabilitado, porque si lo estuviera, habría sido honesto y habría contado la verdadera historia de lo que sucedió esa noche», insistió.

La comisión debía oficialmente examinar si se cumplió «el objetivo del encarcelamiento», explicó la administración penitenciaria. También se examinó el comportamiento del detenido, su estado físico y mental y el riesgo de reincidencia.

Pistorius mató a su novia por «celos»

El caso se remonta a hace diez años. En las primeras horas del Día de San Valentín, el 14 de febrero de 2013, Pistorius disparó con un rifle a través de la puerta del baño de su habitación. La modelo Reeva Steenkamp, de 29 años, que había venido a pasar la noche a su casa en Pretoria, recibió cuatro disparos.

El sonido de cuatro disparos –uno aislado y tres muy seguidos después de una pausa– entre las 3.12 y las 3.14 de la madrugada del 14 de febrero de 2013 despertó a la mayoría de los residentes del Silver Woods Estate, un complejo residencial rigurosamente custodiado de la zona este de Pretoria, la capital de Sudáfrica.

Poco después, los vecinos más cercanos a la casa del habitante más famoso del barrio, escucharon unos gritos desesperados: «¡Ayuda, ayuda, ayuda!». Quien gritaba era Oscar Pistorius, «Blade Runner», de 26 años, un atleta conocido mundialmente, el primer corredor discapacitado en competir en los Juegos Olímpicos, a quien la prensa llamaba «el hombre sin piernas más rápido del mundo».

El primero en llegar fue Pieter Biaba, un guardia de seguridad del completo que entró por la puerta principal de la casa, que estaba sin llave. Segundos más tarde entraron Johan Stander, un vecino y amigo de Pistorius, su hija Clarice y Frankie Chiziweni, un empleado que dormía en el área de servicio de la vivienda.

El cuadro que vieron los dejó paralizados. Pistorius, ensangrentado, estaba en la mitad de la escalera que llevaba al primer piso; en sus brazos cargaba a una mujer rubia, muerta o agonizante. Era Reeva Steenkamp, de 29 años, modelo y abogada, la novia de Pistorius, y también estaba cubierta de sangre.

El primero en reaccionar fue Stander. Le dijo a Pistorius que acostara a Reeva sobre la alfombra y llamó a una ambulancia. El atleta se arrodilló y dejó a su novia en el piso. Intentó abrirle la boca con un dedo, en un inútil intento de que respirara, mientras con la otra mano cubría una herida en la cadera, de la cual chorreaba sangre. La mujer tenía otras dos heridas de bala: una en el brazo izquierdo y otra, mortal, en la cabeza.

Dos minutos después llegó Johan Stipp, un médico que vivía a menos de cien metros.

-¿Qué pasó? – preguntó.

-Le disparé, pensé que era un ladrón y le disparé – le contestó en un grito Pistorius, que seguía intentando abrir con un dedo la boca de la mujer.

Stipp le tomó el pulso: no sintió nada; después le levantó el párpado derecho: no tenía contracción en la pupila.

-Está muerta – dijo en voz baja.

Pistorius empezó a llorar.

-La maté, maté a mi novia, ¡que Dios me lleve! – repetía como una letanía.

A las 3.43 llegó la ambulancia y dos paramédicos confirmaron la muerte de la mujer. A las 4.15 llegó el detective que se haría cargo del caso, Hilton Botha.

Dos versiones sobre una muerte

Todo había ocurrido en el primer piso, en el dormitorio con baño de Pistorius.

En su primera declaración, el atleta dijo que se habían acostado alrededor de las diez de la noche y que poco después se durmieron. Contó que a la madrugada lo despertó un ruido en la habitación a oscuras y creyó que era un ladrón. Para defenderse y defender a Reeva tomó la pistola 9 milímetros –cargada con balas dum dum– que guardaba en la mesa de luz, se bajó de la cama balanceándose sobre sus piernas amputadas y disparó hacia la puerta del baño, de donde creyó que provenían los ruidos.

«Como no llevaba las piernas ortopédicas y me sentía sumamente vulnerable, sabía que debía protegernos a Reeva y a mí. Me sentía atrapado, porque la puerta del dormitorio estaba cerrada y me cuesta desplazarme con los muñones. Disparé varios tiros a la puerta del baño y le pedí a Reeva a gritos que llamara a la policía, pero no me respondió», relató.

Dijo que disparó cuatro veces y que después encendió la luz y miró hacia la cama, donde creía que estaba Reeva, pero la mujer no estaba allí.

Recién entonces –explicó – pensó que podía haberse equivocado e intentó abrir la puerta del baño, pero estaba cerrada con llave desde adentro. Dijo que trató de derribar la puerta a empujones pero que no pudo, que buscó un bate ce críquet que tenía siempre al lado de la cama para defenderse si venían ladrones y que lo uso para golpear la puerta hasta que cedió uno de los paneles de madera, pudo pasar la mano y abrirla.

Le dijo al detective Botha que encontró Reeva acurrucada en el suelo, con la cara apoyada sobre el asiento del inodoro; que vio que estaba herida pero que todavía respiraba; que intentó detener la hemorragia con una toalla pero que fue inútil.

Volvió al dormitorio e hizo tres llamadas telefónicas, a su amigo Stander, a la guardia de seguridad del complejo y al hospital, pero que le había dicho que intentara llevar él mismo a la persona herida para hacer más rápido. Que por eso había intentado bajar a Reeva por la escalera.

Las contradicciones

El detective Hilton Botha escuchó atentamente el relato de Pistorius pero no le creyó una palabra. Se preguntaba por qué, si lo que quería era proteger a Reeva de un supuesto intruso, no la despertó si creía que dormía a su lado; tampoco entendía por qué la joven mujer se había encerrado con llave en el baño en medio de la noche. Después descubriría otros datos que no concordaban con el relato de Pistorius: algunos vecinos habían escuchado gritos antes de los disparos y Reeva se había llevado su teléfono al baño, algo inexplicable a no ser que quisiera hacer una llamada o mandar un mensaje en medio de la madrugada.

Descartó casi de inmediato que podía estar frente a un trágico accidente, era lisa y llanamente un asesinato.

Captura de pantalla 2023 03 31 a las 17.22.14

El seis veces campeón paralímpico, rico y famoso, se había convertido en leyenda del deporte un año antes compitiendo con los válidos en los 400 metros de los Juegos Olímpicos de Londres, algo inédito para un doble amputado. «Blade Runner», su apodo en referencia a sus prótesis de carbono en forma de patas felinas

Con el correr de los días y de los meses, los hechos de la noche del 14 de febrero, Día de San Valentín, sacarían a la luz una faceta casi desconocida del atleta discapacitado a quien la sociedad sudafricana consideraba un ejemplo de tenacidad para enfrentar la adversidad.

Detrás de la imagen del joven brillante y atleta exitoso se escondía un hombre agresivo, provocador, adicto a las armas de fuego – tenía seis a su nombre y siempre llevaba una consigo-, controlador y violento con sus parejas.

Durante el juicio, su amigo Darren Fresco relató que en septiembre de 2012 iba en su auto con Pistorius y su novia de entonces, Samantha Taylor, cuando los detuvo la policía en un control de rutina.

Mientras un agente revisaba los papeles del auto, otro vio que Pistorius tenía una pistola sobre su asiento y la tomó. «No se le toca el arma a otro hombre», le gritó Pistorius y discutieron. Finalmente, la fama del atleta les sirvió de pasaporte para que los dejaran seguir. No se habían alejado mil metros del lugar del control cuando Pistorius tomó el arma y disparó a través del techo corredizo del auto.

«Le pregunté si estaba loco y él simplemente se río de mí», contó Fresco.

Un mes más tarde, Pistorius volvió a protagonizar un episodio con un arma de fuego. Estaban con Fresco y sus respectivas parejas en un restaurante cuando el atleta se puso a jugar con su pistola debajo de la mesa. Se le escapó un tiró y la bala se incrustó en el piso, a centímetros del pie de Fresco. El gerente del establecimiento llamó a la policía y antes de que los interrogaran Pistorius le pidió a Fresco que dijera que el disparo se le había escapado a él para preservar su imagen.«No pude negarme, era mi amigo, pero ahora estoy arrepentido», dijo Fresco durante el juicio.

Durante la investigación, la policía entrevistó a amigos y ex parejas de Pistorius. Una de ellas, la modelo Melissa Rom, contó que en 2009, cuando estaban en una fiesta, ella le reprochó a Oscar que intentara seducir a otra mujer delante de sus propias narices. Pistorius reaccionó gritándole y la obligó, a ella y a otra amiga, Cassidy Taylor-Memmory, a salir del lugar. Al irse, cerró la puerta con tal violencia que la rompió y le causó una herida en la pierna a Taylor-Memmory.

Tampoco dejaba de acosar a sus ex parejas y a las nuevas relaciones que éstas tenían. El productor de televisión Quinton van der Burgh relató en el juicio que Pistorius lo abordó durante una carrera de Fórmula 1 en el circuito de Kyalami y le reprochó que estuviera en pareja con una de sus ex novias.

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Las condenas

Captura de pantalla 2023 03 31 a las 17.01.49Durante su juicio en primera instancia, transmitido en vivo por televisión durante ocho meses en 2014, Pistorius apareció llorando e incluso vomitó cuando leyeron el informe de la autopsia. Fue condenado a cinco años de prisión por homicidio involuntario.

Pero la fiscalía consideró la pena demasiado indulgente y apeló para exigir una condena por asesinato. Durante el juicio de apelación, Pistorius compareció ante los jueces mostrando sus muñones. Un psicólogo de la defensa le describió entonces como un hombre «roto». Fue condenado a seis años de prisión por asesinato.

Pero la fiscalía seguía considerando insuficiente la sentencia y en 2017 el Tribunal Supremo de Apelación le condenó a 13 años y 5 meses de prisión.

Al final, terminó abandonado por sus patrocinadores y arruinado.

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