Este aumento en la tensión de las relaciones bilaterales a causa del muro coincide con la intención del presidente estadounidense de renegociar el TLC, que los dos países integran
Foto: Agencias
Ciudad de México — El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció este jueves que canceló su asistencia a una reunión con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, programada para el martes 31 de enero.
La decisión de Peña llega en medio de la tensión generada por un decreto firmado el miércoles por Trump en el que autorizó la construcción de un muro en la frontera entre ambos países.
Atizando más la tensión, Trump escribió ayer en la mañana un mensaje en Twitter expresando que si México no iba a pagar por el muro, era mejor que el presidente Peña Nieto cancele su visita a Washington.
«Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS (presidente de EEUU)», escribió Peña Nieto en su cuenta oficial de Twitter.
En un mensaje a la nación, Peña Nieto reiteró el miércoles que su país no pagará por el muro, al tiempo que varios partidos políticos mexicanos lo presionaban a que cancele la visita a Washington.
Muro antimigración
El presidente de EEUU, Donald Trump, insiste en que México pagará el muro en la frontera entre ambos países.
Al respecto Trump, propone, fijar un arancel del 20% sobre todas las exportaciones de México hacia Estados Unidos para costear la barrera que separara ambos países.
Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y del Senado, Mitch McConnell, cifraron el costo estimado del muro en 12.000 y 15.000 millones de dólares.
Renuncia en masa
La presidencia de Trump, ha traído a EEUU, una serie de eventos que demuestran cierta molestia no solo en los ciudadanos que no apoyan sus políticas, ahora también se manifestó en el plantel entero de altos funcionarios renunció este miércoles, como parte de un éxodo masivo de altos miembros del servicio exterior que no quieren ser parte de la era Trump.
Los rumores apuntan a que al parecer las renuncias sucedieron en el mismo momento en que el secretario de estado Rex Tillerson se encontraba en la cancillería, manteniendo una serie de reuniones en un intento por adaptarse al terreno.
Desertores
Los que dimitieron son la subsecretaria de Estado para la Administración, Joyce Anne Barr, el subsecretario de Estado para Asuntos Consulares, Michele Bond, y el embajador Gentry O. Smith, director de la Oficina de Misiones Exteriores. Todos son funcionarios del servicio exterior que han servido bajo administraciones republicanas y demócratas.
Kennedy se retirará del servicio exterior al final del mes, mientras que los demás funcionarios podrían ser destinados a otros lugares de esa cartera.
A estas renuncias se suma que el secretario de Estado adjunto de Seguridad Diplomática, Gregory Starr, se retiró el 20 de enero y el director de la Oficina de Operaciones de Edificios de Ultramar, Lydia Muniz, partió el mismo día.
«Es la salida simultánea más grande de la memoria institucional», dijo David Wade, quien se desempeñó como jefe de recursos humanos del Departamento de Estado bajo el mandato de John Kerry.
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