Foto: BBC Mundo
Expertos en contraterrorismo calculan que solo en Reino Unido unas 50 jóvenes han viajado a Siria para unirse al grupo islamista
Londres — «Inteligentes y resueltas», así fue como una compañera de colegio describió a las tres adolescentes que se cree viajaron a Siria desde Reino Unido para unirse al grupo extremista Estado Islámico.
Shamima Begum, de 15 años; Kadiza Sultana, de 16, y Amira Abase, de 15, volaron a Estambul, Turquía, el martes sin que nadie supiera nada de sus planes.
La desaparición de las tres estudiantes ha provocado que muchos se pregunten por qué no se hizo más para evitar su partida.
«Enorme sorpresa»
La policía metropolitana de Londres entrevistó a las tres niñas en diciembre cuando otra estudiante de su colegio también viajó a Siria. Autoridades dijeron que no consideraron que las jóvenes mostraran un riesgo de salir del país.
Se cree que las cuatro estudiantes, que asistían a la Academia Bethnal Green, en el este de Londres, fueron atraídas al grupo extremista por otra joven de 20 años, Aqsa Mahmood, que en noviembre de 2013 viajó de su casa en Glasgow, Escocia, hacia Siria para supuestamente casarse con un yihadista de EI.
Atracción
Los expertos en contraterrorismo calculan que solo en Reino Unido unas 50 jóvenes han viajado a Siria para unirse al grupo islamista.
Lo que muchos se preguntan es cómo tres niñas descritas en su escuela como «académicamente sobresalientes» se vieron atraídas al extremismo de un movimiento como Estado Islámico.
«El proceso de radicalización de Estado Islámico consiste en propaganda que les dice que son parte de un movimiento humanitario, que ayudarán a construir un califato que ellos describen como una utopía», explica Erin Saltman, investigadora del Instituto para Diálogo Estratégico, un think tank basado en Londres.
«Y esta propaganda está dirigida específicamente a las mujeres porque ellas forman parte de la próxima generación en la llamada utopía del califato: ellas son las esposas y las madres de los yihadistas del futuro», agrega.
Según la investigadora, el movimiento extremista está dedicando mucho tiempo y esfuerzo para crear una maquinaria de seducción para que mujeres y jóvenes se unan a su lucha, incluso algunas menores de 15 años.
Pero la realidad que les espera en Siria e Irak, dice la investigadora, es algo totalmente distinto. «La realidad que les espera es sumamente lúgubre», asegura Erin Saltman.
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