Papa Francisco saludó a venezolanos en el Vaticano durante el Ángelus

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24 de febrero, 2014 - 3:25 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Foto: Agencias

Al final del Ángelus de este domingo el papa Francisco saludó «a la comunidad venezolana residente en Italia», dijo el Pontífice desde la ventana de su despacho. Luego de la oración mariana reflexionó sobre la división de las comunidades, y recordó que «San Pablo explica que este modo de pensar está equivocado porque la comunidad no pertenece a los apóstoles, sino que son ellos los que pertenecen a la comunidad, pero la comunidad, toda entera, ¡pertenece a Cristo!». Algunos analistas consideran el breve saludo como muestra de la diplomacia vaticana, ante los problemas sociopolíticos que atraviesa la nación latinoamericana.

El papa Francisco, saludó a todos los venezolanos residentes en Italia y presentes en el Vaticano durante el Ángelus dominical.

«Saludos a los venezolanos que viven en Italia», dijo el Sumo Pontífice, al momento que alzó sus manos hacia un grupo de venezolanos que ondeaban una larga bandera tricolor en la Plaza San Pedro, conmocionados por las palabras del Papa.

Cientos de personas y una gran cantidad de venezolanos se concentraron en el lugar religioso para elevar sus oraciones.

Homilía con cardenales

Francisco concelebró ayer la eucaristía con los 19 cardenales que nombró ayer con la histórica presencia del papa emérito Benedicto XVI en una solemne ceremonia en la Basílica de San Pedro, y ante todos los purpurados llegados al Vaticano con motivo del primer consistorio de su pontificado.

Cientos de familiares de los cardenales y delegaciones oficiales de los países acompañaban hoy a los purpurados, mientras que centenares de fieles abarrotaban la basílica.

Durante la homilía, el Papa se dirigió a los 218 cardenales, de los que 122 son electores y 96 no, al haber traspasado la edad de 80 años.

El Papa dijo a los flamantes purpurados que «entran en la Iglesia de Roma, no en una corte», y les instó a «evitar hábitos y comportamientos cortesanos, intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos, preferencias».

«Que nuestro lenguaje sea el del Evangelio: ‹Sí, sí; no, no›; que nuestras actitudes sean las de las bienaventuranzas, y nuestra senda la de la santidad», añadió.

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