Papa Francisco pide ayuda inmediata para Venezuela

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12 de abril, 2020 - 7:13 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Luego de una sobria misa de Domingo de Resurrección, el papa dedicó su mensaje de Pascua a los afectados por la pandemia de coronavirus, pidió ayuda inmediata para Venezuela y reducción de la deuda de los países pobres.

El papa Francisco dedicó su mensaje de Pascua del Domingo de Resurrección a todos aquellos que se están viendo afectados por la pandemia del coronavirus y afirmó que «el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido» porque éste «no es el tiempo de la indiferencia». En su tradicional bendición «Urbi et Orbi» en una basílica de San Pedro vacía, se veía una imagen inédita que ilustra los cambios radicales que el mundo debe aceptar desde hace semanas para frenar la pandemia del coronavirus.

El papa Francisco dedicó su mensaje de Pascua del Domingo de Resurrección a todos aquellos que se están viendo afectados por la pandemia del coronavirus y afirmó que «el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido» porque éste «no es el tiempo de la indiferencia». En su tradicional bendición «Urbi et Orbi» en una basílica de San Pedro vacía, se veía una imagen inédita que ilustra los cambios radicales que el mundo debe aceptar desde hace semanas para frenar la pandemia del coronavirus.

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Su Santidad oró para que se alcancen “soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela orientadas a facilitar la ayuda internacional a la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria” mientras los católicos de todo el mundo celebraban una Pascua solitaria, obligados a pasar el día más alegre del calendario litúrgico cristiano entre los dolorosos recordatorios de la devastación provocada por la pandemia

Desde el interior de la basílica, y no asomado al balcón de la logia central, como es habitual, ya que la plaza está cerrada por las medidas de emergencia ante la pandemia , Francisco dedicó su mensaje de la Pascua este domingo (12.04.2020) a este «desafío histórico».

Después, impartió desde allí la tradicional bendición «Urbi et Orbi», que concede la indulgencia plenaria a todos los que la siguieron por los medios de comunicación.

Se dirigió «sobre todo a los que han resultado afectados directamente por el coronavirus: los enfermos, los que han fallecido y las familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, y que en algunos casos ni siquiera han podido darles el último adiós».

En el caso de los países con sanciones internacionales pidió que “se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada”.

Recordó especialmente a los ancianos y a las personas que están solas y también «a quienes trabajan en los centros de salud, o viven en los cuarteles y en las cárceles».

Rezó para que Jesús «conceda fortaleza y esperanza a los médicos y a los enfermeros, que en todas partes ofrecen un testimonio de cuidado y amor al prójimo hasta la extenuación de sus fuerzas y, no pocas veces, hasta el sacrificio de su propia salud.

Y también por «quienes trabajan asiduamente para garantizar los servicios esenciales necesarios para la convivencia civil, a las fuerzas del orden y a los militares, que en muchos países han contribuido a mitigar las dificultades y sufrimientos de la población».

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