«Estados Unidos (EE. UU.) no puede darse el lujo de «golpear» al Gobierno del presidente Nicolás Maduro donde más le duele, puesto que suspender las licencias a las compañías energéticas que operan en Venezuela podría empeorar la situación económica interna» de ese país.
El Jefe de la Misión de EE.UU para Venezuela, Francisco Palmieri, indicó que las sanciones serían una «herramienta» para incentivar la búsqueda de soluciones en Venezuela.La tarde de este 6 de septiembre, Francisco Palmieri, embajador jefe de misión de EEUU para Venezuela, anunció que la administración de Joe Biden aplicaría sanciones a más de 15 funcionarios venezolanos.
Palmieri apuntó que las sanciones se aplicarían como una medida «por las graves violaciones de Derechos Humanos en Venezuela».
Con esto, se refirió a una información difundida por la agencia Reuters, publicada el 21 de agosto, en la que se menciona la imposición de sanciones a unos 60 funcionarios del gobierno venezolano, que involucra también a sus familiares.
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El funcionario destaco: «Vamos a hacerles responsables utilizando los mecanismos que tenemos en Estados Unidos, las violaciones de derechos humanos son un grave crimen en el derecho internacional”. Las declaraciones las ofreció durante una entrevista en un programa con los periodistas Luz Mely Reyes y Vladimir Villegas.
Palmieri indicó que las sanciones son una «herramientas para incentivar a una mejor posición sobre la búsqueda de soluciones en Venezuela».
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Bloomberg: Expertos dudan de la eficacia de sanciones individuales
Según publicó Bloomberg, se espera que el Departamento del Tesoro de EE. UU. aplique alguna estrategia tras la polémica que hay sobre los resultados electorales del pasado 28 de julio en Venezuela.
«Estados Unidos está buscando formas de responder simbólicamente a las elecciones sin exacerbar las vulnerabilidades de su política interna, como la migración y los precios más altos del petróleo antes de las elecciones de noviembre», precisó Risa Grais-Targow, analista de Eurasia Group.
En ese sentido, dijo que si bien, eso deja más espacio para una negociación y un enfoque multilateral, «no veo a (el Presidente) Maduro bajo mucha presión para dejar el poder».
Ryan Berg, director del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, manifestó que, si bien las sanciones individuales «pueden ejercer cierta presión en áreas estratégicas donde los individuos pueden no esperar ser afectados», es poco probable que produzcan cambios antes de que Maduro tome posesión del cargo en enero de 2025.
EE. UU. y la comunidad internacional tienen cuatro meses para ejercer «presión» al presidente venezolano, con el fin de que éste «negocie» antes de asumir su tercer mandato.
Igualmente, recalcó que el Gobierno de Nicolás Maduro puede «probablemente sobrevivir» con el apoyo político y económico de naciones aliadas como China, Rusia, entre otros. «No tendrá muchos amigos, pero podrá sobrevivir», sumó.
Por su parte, Carrie Filipetti, directora ejecutiva de la Coalición Vandenberg, con sede en Washington, apuntó que «es poco probable que las sanciones individuales y selectivas en vista de una represión a esta escala hagan una diferencia en el cálculo de Maduro».
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