Ginebra — El Vaticano presentó este lunes en Ginebra su primer informe ante el Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra la Tortura, un ejercicio al que deben someterse todos los signatarios de la Convención contra la Tortura de 1984.
La Santa Sede firmó esta convención en 2002, pero es la primera vez que presenta un informe. Frente a las críticas de asociaciones de defensa de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, la Santa Sede se defendió afirmando que la convención se aplica únicamente al territorio Vaticano.
El nuncio apostólico en la ONU, monseñor Silvano Tomasi, declaró que la convención tiene autoridad sobre el territorio de la Santa Sede y «no sobre todos los miembros de la Iglesia».
Explicó que las autoridades nacionales de otros estados son competentes para juzgar a los responsables de abusos cometidos por miembros de la Iglesia en esos países.
La jurista Felice Gaer, relatora de la Comisión de la ONU, rechazó este razonamiento. Gaer sostuvo que todos los representantes y funcionarios de un Estado, incluso fuera de las fronteras del país, están sujetos a las leyes de su país.
Comente