México — Las autoridades mexicanas, preocupadas porque el narco Joaquín «El Chapo» Guzmán pueda evadirse una vez más de la prisión, ha elevado la seguridad en el Altiplano, reforzando el piso de su celda y colocando dos guardias de élite frente a su puerta las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Las medidas
Además de la detención de una docena de funcionarios del penal por el caso, el gobierno de Peña Nieto añadió nuevas cámaras de seguridad y puso rejas de metal en el suelo del penal para evitar la construcción de nuevos túneles, los que han hecho famoso al mexicano. Eduardo Sánchez, vocero gubernamental, dijo que además de elevar sensiblemente el número de cámaras dentro de la prisión, a «El Chapo» se le cambia constantemente de celda sin un patrón establecido, de tal manera que puede permanecer horas o unos días en cada una de ellas y que ha estado en ocho distintas desde que fue recapturado.
Vehículos blindados y tanques ligeros montan guardia frente a la prisión, mientras fuerzas de seguridad instalan puntos de revisión con sacos de arena a las puertas de la cárcel. También se ha reforzado todo el sistema de piso de esclusas y de rejas.
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