El abogado relató la sórdida historia de sus 10 años trabajando con el Presidente de EE.UU

Los trapos sucios de Donald Trump y su abogado Michael Cohen ventilados ante el senado de EE.UU.

Michael Cohen
3 de marzo, 2019 - 7:51 pm
Agencias

 

Michael Cohen trabajó por primera vez para Donald Trump en 2006. El magnate inmobiliario tenía un conflicto con los residentes de uno de sus rascacielos en Nueva York, el Trump World Tower, que querían hacerse con la gestión del edificio y –algo especialmente doloroso para el empresario- quitar su nombre.

El abogado, que entonces tenía 40 años, era propietario de uno de los apartamentos y no solo se puso del lado del constructor, sino que se hizo cargo del asunto y venció. Pero su llegada al universo Trump no tenía nada de casual. Para entonces, Cohen ya había comprado varios apartamentos en propiedades del hoy presidente de EE UU, además del de la disputa.

«Admiraba a ese hombre», revelaría años más tarde, desde que era un alumno de instituto, y había leído su famoso libro, The art of the deal, de 1987, dos veces de cabo a rabo. Tras aquella pelea de vecinos, Trump le dio un puesto de trabajo en su empresa y lo acabó convirtiendo en su hombre de confianza. Cohen tocó el cielo con las manos. Luego, las puso a trabajar en el fango.

El pasado miércoles, en el Congreso, quien fuera mano derecha de Trump durante una década ofreció una especie de tour por las cloacas de Manhattan. Durante siete horas televisadas y bajo juramento, relató cómo amenazó durante años a diestro y siniestro, a cualquiera que pudiera perjudicar los intereses de su jefe, ya fueran colegios para que no difundieran sus datos académicos o periodistas con informaciones dañinas.

Contó cómo el constructor inflaba o reducía el valor de sus activos a placer, en función de si a su ego le convenía para entrar en la lista de más ricos de Forbes o si a su bolsillo le urgía pagar menos dinero al fisco.

Aseguró que el hoy presidente, en su época de candidato a la presidencia, le ordenó comprar el silencio de dos examantes poco antes de las elecciones con el fin de no perjudicar la campaña, y que le reembolsó parte de ese gasto estando ya en la Casa Blanca (mostró un cheque firmado por él en agosto de 2017).

También afirmó que Trump conocía los contactos de un asesor suyo con Wikileaks y que se iban a filtrar los correos robados al Partido Demócrata, uno de los grandes pilares de la trama de injerencia rusa.

Implicó al presidente de Estados Unidos, en resumen, en varios posibles delitos federales, de financiación electoral a irregularidades fiscales, pasando por colaboración con potencia extranjera.

Retrató a Trump como un racista, corrupto y casi mafioso. Si la relación de estos dos hombres sobrepasó con mucho la habitual entre abogado y cliente, su ruptura ha desatado las comparaciones con el caso Watergate.

Michael Cohen juramento

Michael Cohen es hijo de un superviviente del Holocausto, creció en Long Island, al este de la ciudad de Nueva York, en un ambiente acomodado. Su padre, un polaco que huyó a EE UU, era médico, al igual que su tío, Morton W. Levine, quien a falta de descendencia propia, tuvo algunos pacientes muy conocidos, como la familia mafiosa Lucchese. Cohen estudió Derecho en Michigan y pronto entró a trabajar en un despacho especializado en indemnizaciones de heridos, pero no empezó a ganar dinero de verdad hasta que entró en el negocio de los taxis, en el que le introdujo su suegro ucraniano. El joven abogado se asoció con otro ucraniano, Symon Garber, y empezaron a comprar licencias. Entre finales de los 90 y principios del 2000, llegaron a gestionar 260 coches cuyos conductores les pagaban 100 dólares por turno. Entonces llegó el ladrillo y una ristra de operaciones inmobiliarias muy peculiares.A Trump le cayó en gracia este pequeño tiburón inmobiliario que lo adoraba desde joven y que le había sofocado una revuelta de vecinos. Colaboraron durante 10 años. Cohen llegó a ser vicepresidente de la Trump Organization.

En su testimonio ante el Congreso hizo un retrato demoledor del presidente, pero también de sí mismo, fiel escudero de todas sus andanzas y con un sentido moral muy particular.

“Me pidió pagar a una actriz de cine adulto con la que había tenido un idilio y mentirle a su esposa sobre ello, lo cual hice. Mentir a la primera dama es una de las cosas de las que más me arrepiento”, dijo.

El abogado de las 100 grabaciones, el hombre que calcula haber amenazado 500 veces en 10 años, que ha evadido al fisco cuatro millones de dólares y admitido mentiras en las investigaciones sobre la injerencia rusa, asegura que haber cubierto a su jefe en un lío de faldas es de lo que más lamenta.

“No soy un hombre perfecto, he hecho cosas de las que no estoy orgulloso y viviré con las consecuencias el resto de mi vida”. Cohen, como aquel viejo comisario de Casablanca, contó al mundo entero entre lágrimas que en Nueva York, y en Washington, se juega.

Las perritas que soltó

Michael Cohen llamó al presidente de Estados Unidos «racista», «estafador» y «tramposo» en el explosivo testimonio en el Congreso el miércoles, en el que afirmó estar avergonzado de su década de trabajo para el magnate de bienes raíces.

Cohen dijo que Trump le había encomendado un plan ilegal para silenciar a una estrella porno que decía haber tenido una relación extramatrimonial con el multimillonario, y que sabía de antemano en el 2016 que WikiLeaks publicaría material para perjudicar a Hillary Clinton, dos alegaciones que el presidente ha negado.

El exasesor de Trump también dijo que el hoy mandatario dirigió las negociaciones para construir una Torre Trump en Moscú durante la campaña electoral del 2016, incluso cuando negaba cualquier vínculo comercial con los rusos.

Cohen dijo que Trump le ordenó implícitamente que mintiera sobre el proyecto, y que los abogados de la Casa Blanca «revisaron y editaron» su testimonio en el 2017 cuando mintió al Congreso sobre las negociaciones para la Trump Tower.

Pero Cohen, de 52 años, también dijo que no tenía pruebas directas de que Trump o su campaña del 2016 se pusieran de acuerdo con los rusos, tema que está en el centro de las investigaciones del Departamento de Justicia y el Congreso.

Supuesta cinta en la que Trump golpea a MelaniaCohen habló sobre el rumor de una cinta de video que salió a subasta en 2016 y supuestamente mostró a Trump haciendo daño físico a Melania Trump en un elevador. Dijo que no cree que la cinta exista.

La representante demócrata por California Jackie Speier preguntó a Cohen acerca de una cinta de video que supuestamente subió a subasta en 2016, diciendo que la «cinta del elevador» ha sido referenciada como un producto de «captura y matanza».

Cohen en ese momento habló de lo que describió «la cinta del ascensor de la torre Trump». Sobre la misma dijo: «La historia dice que golpeó a Melania mientras estaba en ese ascensor porque hay una cámara dentro de cuya existencia no estoy tan seguro,en realidad, estoy seguro de que no es cierto.

Subrayó que escuchó sobre una cinta a lo largo de los años, y no cree que la subasta haya sido real y que» no creo que el señor Trump haya golpeado a la señora Trump, nunca » y quiso aclarar: «Lo sé… No existe».

 

Amenazas para que calificaciones universitarias de Trump no salieran a la luz
Cohen aseguró que amenazó a antiguos colegios universitarios de Trump y al College Board para garantizar que sus calificaciones y los puntajes del SAT nunca vieran la luz.

Cohen calificó a Trump de «estafador»: «Estoy hablando de un hombre que se declara a sí mismo brillante pero que me ordenó amenazar a su escuela secundaria, a sus universidades y al College Board para que nunca dejara sus calificaciones o puntuaciones del SAT ”.

El ex letrado del presidente le entregó al comité copias de una carta en la que amenazaba a esos centro con una acción civil si esos detalles se hicieran públicos.

-Trump es un «racista»
«El país ha visto al señor Trump cortejar a los supremacistas y blancos radicales», dijo Cohen, «ustedes lo escucharon llamar ‘países a mierda’ a las naciones más pobres.

En privado, es aún peor. Una vez me preguntó si podía nombrar un país dirigido por una persona negra que no fuera un  lugar de ‘mierda’. Esto fue cuando Barack Obama era presidente».
Stormy Daniels

-«Trump es un «tramposo»
Cohen aseguró que el presidente le «pidió que le pagara a una actriz de cine para adultos (Stormy Daniels) con la que había tenido un idilio y mentir a su esposa sobre ello». «Y lo hice.

Mentir a la primera dama es uno de mis mayores lamentos. Ella es amable, buena persona. La respeto mucho y no se lo merecía», se lamentó Cohen.

-Trump es un «estafador»
El ex abogado también se refirió a las supuestas estafas de Trump como inflar o desinflar sus activos financieros cuando le convenía o no.

«Según mi experiencia, el señor Trump inflaba sus activos totales cuando quería lograr ciertos propósitos como tratar de figurar entre las personas más ricas de la lista Forbes, y desinflar sus activos para reducir su declaración de impuestos sobre bienes raíces

Cohen, quien ha sido condenado a tres años de cárcel por delitos relacionados en parte con su trabajo para Trump, dijo que se avergonzaba de haber ejercido una década como abogado personal del actual presidente y «reparador» de problemas delicados.

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