Libre alias «Popeye»: el hombre que se tiñó las manos con la sangre de miles de personas

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27 de agosto, 2014 - 1:48 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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La polémica se abre en todo el mundo por su liberación tras 22 años en varias cárceles de máxima seguridad. Solo pagó tres cuartas partes de su pena por estudios y trabajo.

Jhon Jairo Velásquez Vásquez, tiene 52 años, por  su apariencia es totalmente normal. Por dentro, tiene un demonio dormido que no sabe si podrá controlar en el día a día. Los últimos 22 años los ha pasado en cárceles de máxima seguridad por ser uno de los mayores ejecutores de muertes en Colombia. Su alias «Popeye», puso a temblar a todo un país cuando actuó como el jefe de sicarios de uno de los mayores capos de la droga, Pablo Escobar Gaviria y líder del grupo Los Extraditables. Hoy, se selló su pase a la libertad. La decisión la tomó el juez Primero de Ejecución de Penas de Tunja, Yesid Rodríguez.

Sus palabras salen tan rápido como la metralla que salió en su momento de sus armas. Sus confesiones detonan una mezcla de sentimientos como los carros bombas que ordenó colocar. Confesó haber ejecutado alrededor de 250 homicidios y ordenado otros 3.500. Y de estar a cargo de los secuestros del entonces candidato a la alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana Arango (quien sería después presidente de la república); Francisco Santos (quien sería después vicepresidente de la república);  y en una misión fallida encargada al mismo «Popeye» y a John Jairo Arias Tascón, alias «Pinina» para asesinar al coronel de la policía del departamento Valdemar Franklin Quintero y del candidato presidencial Luis Carlos Galán al declarar haber suministrado el arma para el magnicidio y ha sido implicado en los procesos del atentado terrorista en el vuelo 203 de Avianca.

El exsicario afirmó sin dar mayores detalles que por su cabeza hay una recompensa de un millón de dólares. No hay certeza de que eso sea así.

Jhon Jairo, según aseguran funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), se quedará por ahora en Bogotá. Se ha dicho que hará parte de un grupo de reintegración y socialización donde pueda cumplir el tiempo de su libertad condicional, que es de cuatro años. Seguramente estará protegido todo el tiempo, pues se trata de uno de los sicarios más temidos del país y sus enemigos no serán pocos. Pero además porque en la última década se convirtió en el testigo de decenas de los más importantes y sonados procesos judiciales del país. Uno de ellos, el esclarecimiento del asesinato del líder Luis Carlos Galán.

Lealtad o amor

«Popeye» se convirtió en hombre de confianza de Escobar y no le resulta difícil admitir que «el que fuera enemigo de Pablo Escobar era mi enemigo». Esto lo llevó a convertir su corazón en piedra cuando le tocó asesinar a quien fuese su compañera sentimental, Wendy Chavarría Gil, una de las exmujeres de «El Patrón», al que este separó de su lado por quedar embarazada. «Le pidió a otros que arreglaran lo del aborto y lo hicieron».

Poco después le llegó la orden y la felicidad terminó. Su mujer era una informante de la policía. La manera que tuvo de estar seguro que la mujer moría fue decirle a uno de sus sicarios que disparará justo en la cabeza cuando ella respondiera su llamado al celular.

Esa misma lealtad lo lleva a decir sin reparos si «El Patrón» viviera y me ordena que vuelva a matar, lo hago y ya».

Para este asesino—como él mismo se reconoce— Pablo Escobar era un genio, tal vez un genio del mal, pero en todo caso un genio. Tenía una mente privilegiada y un detector de mentiras en el cerebro. Si usted decía algo que no era verdad, inmediatamente lo captaba. Y eso podía costarle a uno la vida. Inspiraba una lealtad infinita en todos los que creíamos en él. Yo llegué a creer que era inmortal. El día más triste de mi vida fue el día que lo mataron», aunque también señaló que «no lloré porque soy incapaz de hacerlo».

Condena

Desde 1992, Velásquez cumplió una condena de cárcel bajo acusaciones de terrorismo, narcotráfico, concierto para delinquir con fines terroristas y homicidio. Durante 2000 y 2001, «Popeye» estuvo involucrado en los enfrentamientos armados en la cárcel La Modelo.

En 2008 el lugar teniente de Pablo Escobar, fue condenado a doce años por otros procesos judiciales en su contra.

Velásquez Vásquez es una persona que, como él bien dice, «tiene el alma muerta» y no siente miedo. No en vano ha sobrevivido en las más duras cárceles del país: pasó los últimos 22 años en Bellavista, Itagüí y La Catedral, en Antioquía; La Modelo y La Picota, en Bogotá; la de Máxima Seguridad, en Valledupar; en San Diego, California, y en Cómbita, donde pagó penas por terrorismo, narcotráfico, concierto para delinquir con fines terroristas y homicidio.

El 22 de agosto de 2014 se dio a conocer la noticia según la cual habría recibido libertad condicional por haber cumplido tres quintas partes de su condena. La libertad condicional implica que «Popeye» debe presentarse regularmente ante las autoridades durante 52 meses con el fin de hacerle seguimiento a su comportamiento en libertad.

En prisión, Velásquez estudió y obtuvo 14 diplomas, entre ellos uno que lo acredita como recuperador ambiental certificado por el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), escuela de oficios.

Peticiones de seguridad

A través de una carta firmada el lunes 25 de agosto de 2014, Jhon Jairo Velásquez, alias «Popeye», se dirige al defensor del Pueblo regional de Boyacá, William Ignacio García, para pedirle que «proteja su derecho fundamental a la vida».

«(…) recorriendo a la Policía Nacional que tiene jurisdicción en Boyacá para que por favor me brinde la seguridad desde el penal», añade «Popeye» en el documento.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo, a cargo de Jorge Armando Otálora, se comprometió a acompañar a alias «Popeye» durante su salida de la cárcel de Cómbita, atendiendo precisamente la petición del exjefe de sicarios de Pablo Escobar.

Oportunidad

A pesar de la frivolidad de los hechos que relata, «Popeye» considera que su experiencia es positiva para el aprendizaje de la sociedad. «Me gustaría usar mi experiencia para contribuir en el posconflicto. Lo que yo he vivido no lo ha vivido nadie. Fui sicario de Pablo Escobar. Fui compañero de celda de los peores enemigos de Pablo Escobar. He sido amigo o enemigo de todos los muertos de las guerras recientes de Colombia. Todo eso me da un conocimiento y unas experiencias que creo se pueden canalizar hacia algo constructivo. Quiero enseñarles a los jóvenes de Colombia que no tienen por qué vender sus vidas por un Mercedes Benz o por los cucos de una reina de belleza, como hice yo. Ojalá que me den esa oportunidad», concluyó.

«Popeye» quiere ser un hombre normal: «Quiero tomar un helado o estar en una cola del banco». Pero también ha dicho que no sabe qué hará cuando alguien logre sacarlo de casillas en su actuar del día a día. «Sé que tengo un demonio dentro de mí que no puedo sacar, pero ahora es chiquitico y yo lo controlo a él y no al revés».

Reacciones

El expresidente Andrés Pastrana Arango informó en las últimas horas su necesidad de salir del país por los riesgos que corre ante la imprevista modificación, según él, de su esquema de seguridad. «La última vez que le cambiaron el esquema de seguridad a un ilustre colombiano, lo asesinaron: mi amigo Luis Carlos Galán».

En horas tempranas había colocado en la red social Twitter: «A horas de que liberen a mi secuestrador nos quitan la protección policial a mí y mi familia».

Por otro lado la familia de Galán afirmó que el prisionero ya cumplió la pena impuesta por la justicia, y además destacó que Velásquez colaboró con la justicia para esclarecer otros crímenes.

«Ha aportado a la verdad en estos años. Contribuyó a la condena de Santofimio con sus declaraciones. Nunca será suficiente lo que paguen de cárcel las personas como alias ‹Popeye›, pero si la norma colombiana establece que después de pagar algo de la pena y estudiar tendrá derecho a esto, pues no nos podemos oponer», dijo a Radio Caracol el senador Carlos Galán, uno de los hijos del político asesinado.

Otras voces se expresaron en desacuerdo, como el director de la Fundación Colombia con Memoria, Federico Arellano, cuyo padre falleció al explotar una bomba colocada por el Cartel de Medellín en un avión de Avianca en 1989 que dejó cientos de muertos.

«Desde el punto de vista de las víctimas lo vemos aún con mayor recelo. Llevamos en el caso más de 25 años en donde no hemos tenido respuesta. Son 25 años de vergonzosa impunidad», dijo Arellano, quien agregó que si «Popeye» llega a salir libre, esto sería una burla para el Estado y una bofetada para las víctimas. «Él debe seguir preso».

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Fotos: Agencias

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