La semana pasada sufrió un segundo episodio de temblores sin control en público

La salud de Angela Merkel intensifica el debate sobre su sucesión

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4 de julio, 2019 - 2:14 pm
Agencia

Después de que la semana pasada sufrió un segundo episodio de temblores sin control en público, Merkel, la canciller de Alemania, se dirigió al aeropuerto, tomó un vuelo de doce horas a Japón, sostuvo diez reuniones bilaterales y cuatro sesiones

Berlin– Después de que la semana pasada sufrió un segundo episodio de temblores sin control en público, Merkel, la canciller de Alemania, se dirigió al aeropuerto, tomó un vuelo de doce horas a Japón, sostuvo diez reuniones bilaterales y cuatro sesiones de grupo con líderes del mundo, entre ellos el presidente estadounidense, Donald Trump, y luego voló de regreso a Europa para tener una negociación récord de veinte horas con sus homólogos europeos en Bruselas.

Algunos asesores herméticos sugirieron la idea de que el segundo episodio reciente fue psicosomático, provocado por el recuerdo del primero. La misma canciller evadió las preguntas en Japón, tras asegurar que no tenía “nada especial que informar”.

“Estoy bien”, mencionó.

Y eso fue todo.

No obstante, las imágenes que muestran los momentos de vulnerabilidad física de la canciller se han convertido en un símbolo de la fragilidad política de su partido y de su país, y en una oportunidad para reconsiderar el tema de su sucesión.

Los característicos poderes de Merkel para crear consensos le fallaron esta semana en Bruselas, pues no pudo lograr que sus colegas aceptaran siquiera a su segunda opción de candidatura para el puesto más importante en la Unión Europea. Sin embargo, el 2 de julio, en las horas finales de las negociaciones, su influencia fue importante para que una alemana, su ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, fuera nominada como la presidenta de la poderosa Comisión Europea.

En semanas recientes, la sucesora ungida de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, que a finales del año pasado pasó la prueba para suceder a la canciller como la presidenta de su partido conservador, ha visto cómo su índice de aprobación ha caído de manera drástica a medida que han cobrado cada vez más fuerza los cuestionamientos respecto de su capacidad de liderazgo en el partido con miras a las próximas elecciones.

Se han propuesto posibles rivales de Merkel como alternativas de candidatos para la cancillería, un cargo que suele estar ligado al liderazgo de un partido. Entre ellos están Armin Laschet, el líder del estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, y Markus Söder, el líder de la Unión Social Cristiana de Baviera, el partido asociado nacionalmente con el de Merkel.

Mientras tanto, Merkel, liberada de la carga de tener que dirigir el partido y organizar las próximas elecciones, ha conseguido que su popularidad se recupere.

 

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