La muerte de un juez de la Corte Suprema de Justicia siempre es algo trascendente en Estados Unidos. Pero la de Ruth Bader Ginsburg supone un terremoto de consecuencias imprevisibles para este país
Ginsburg, que murió el viernes a los 87 años debido a un cáncer de páncreas, era un ícono feminista y progresista del máximo tribunal judicial de EE.UU. para asuntos como la igualdad de género o la inmigración, el aborto o el matrimonio igualitario.
Su muerte abre ahora la posibilidad de que el presidente Donald Trump nomine a su sucesor en una corte de nueve miembros donde ya ha colocado a dos, y altere así por años el equilibrio ideológico del Supremo a favor de los conservadores.
Remembering #RuthBaderGinsburg on MSNBC w/ Ali Velshi. pic.twitter.com/KJANV96JtT
— Reverend Al Sharpton (@TheRevAl) September 19, 2020
Como esto ocurre además en un país políticamente polarizado y a pocas semanas de una elección presidencial cargada de tensión, el debate por el reemplazo de Ginsburg amenaza con aumentar la fractura entre republicanos y demócratas.
«Normalmente las nominaciones a la Corte Suprema son un deporte de sangre. Entonces esto va a ser verdaderamente apocalíptico. Hay mucho en juego en esta nominación», dice Jonathan Turley, un destacado profesor de derecho constitucional en la Universidad George Washington, a BBC Mundo.
Una silla clave
El hecho de que los magistrados de la Corte Suprema ocupen su cargo de manera vitalicia significa que cualquier cambio en la integración tiene efectos duraderos.
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Nominada por el presidente Bill Clinton en 1993, Ginsburg formaba parte de un bloque de cuatro jueces progresistas de la corte que solía necesitar de un quinto voto «péndulo» para lograr mayoría.
En votaciones recientes ese quinto voto lo aportó el juez John Roberts para decisiones sobre inmigración, derechos de homosexuales y otros temas importantes de la «guerra cultural» en este país.
President Trump says Republicans have an "obligation" to fill Justice Ruth Bader Ginsburg's vacancy on the Supreme Court "without delay.” https://t.co/CisYOXz8bv pic.twitter.com/UES6tX0MNl
— Anderson Cooper 360° (@AC360) September 19, 2020
Probablemente consciente de todo esto, Ginsburg indicó en su testamento que su «deseo más ferviente» era que evitaran reemplazarla hasta que asumiera un nuevo presidente, según informó la radio pública estadounidense NPR.
La muerte de Ginsburg le ofrece a Trump la oportunidad de acicatear al electorado conservador y religioso a menos de 50 días de las elecciones, cuando las encuestas lo muestran atrás del candidato demócrata Joe Biden.
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