EE.UU. no han querido ni tildar de «negociación»: simplemente un «debate».

El primer encuentro del diálogo estratégico de seguridad entre Estados Unidos y Rusia no ha tenido ningún resultado

Dialogo
11 de enero, 2022 - 10:45 am
Agencias

El diálogo estratégico mantenido este lunes en Ginebra entre Estados Unidos y Rusia, con la crisis ucraniana de fondo, finalizó con posturas aún muy enfrentadas.

 

Moscú pide a Washington y la OTAN que retrocedan en el este europeo, mientras que la diplomacia norteamericana defiende que nadie puede exigir a otros países con quién aliarse.

Las delegaciones, con altos representantes de Exteriores, Defensa y control de armamento entre otras carteras, mantuvieron un largo encuentro de unas nueve horas en la Embajada de EE.UU. ante la ONU en Ginebra, que fue calificado por la parte rusa como una reunión «sin eufemismos ni intentos de evitar temas delicados».

La delegación de Rusia, encabezada por el viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, reiteró en el diálogo la petición de que la OTAN se comprometa a no expandirse a zonas de la antigua órbita soviética, ni desplegar futuro armamento capaz de llegar a suelo ruso.

La delegación estadounidense, con la subsecretaria de Estado Wendy Sherman a la cabeza, no se mostró abiertamente contraria a las propuestas rusas, pero sí advirtió de que Moscú no puede exigir a países como Ucrania que den la espalda a la OTAN o a la actual ayuda estadounidense en materia de seguridad.

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Como era de esperar, el primer encuentro del diálogo estratégico de seguridad entre Estados Unidos y Rusia no ha tenido ningún resultado.

Lo habían advertido desde los dos bandos: el encuentro en Ginebra solo tenía que servir para poner sobre la mesa los asuntos que preocupan a Washington y Moscú, los temas que se tienen que debatir para rebajar la tensión en Ucrania. Y para dejar en evidencia que las posiciones de unos y otras están en una casilla de salida de momento inamovible y muy alejada.

Las dos partes sabían que chocarían, porque las exigencias y amenazas de unos y otras son consabidas y públicas. Incluso EE.UU. no han querido ni tildar de «negociación»: simplemente un «debate» para entender mejor las prioridades del oponente, expresadas en un entorno que se ha descrito con adjetivos como cordial, profesional, protocolario, profundo y concreto.

 

 

 

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