El Club de los 300 un gobierno voraz de la plutocracia y la nobleza

21 de abril, 2014 - 1:54 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Un número sin duda poco considerable de personas tienen conocimiento de que los gobernantes del mundo en que vivimos, no son en realidad los que manejan los hilos de la política y la economía, al menos en el mundo capitalista occidental.

El Club de los 300 que en realidad es quien gobierna, está integrado por una clase dirigente intocable a la que pertenece la reina de Gran Bretaña (GB), la de los Países Bajos, la de Dinamarca y las diversas familias reales europeas. A raíz de la muerte de la reina Victoria, dichos aristócratas llegaron a la conclusión de que la única manera de hacerse amos del mundo, por encima de las corrientes liberadoras, era asociándose con los poderosísimos magnates industriales, que no pertenecían a su linaje. De esta forma, ganaron acceso al máximo poder, aquellos a quienes la reina de Inglaterra gusta llamar plebeyos. Así la aristocracia comenzó a dirigir el mundo económico y político.

¿Quiénes son los conjurados que integran el todopoderoso Club de los 300?

Los ciudadanos mejor informados, en EE.UU., Europa y Asia, tienen conocimiento de que existe una conspiración, la cual se presenta bajo una diversidad de nombres, entre ellos los illuminati, la Francmasonería, la Tabla Redonda, el grupo Bildelberger, y el grupo Milner. Lo malo es que resulta extremadamente difícil encontrar información fidedigna sobre las actividades de quienes integran el gobierno invisible.

Con el fin de hacerse una idea del enorme alcance de la conspiración a la que nos referimos vendría bien enumerar algunos de los objetivos trazados por el Club de los 300 con vistas a la conquista y dominio del mundo.

Es preciso entender claramente las razones por las que la energía nuclear es tan detestada en la mayoría de los países (al límite de amenazar a Irán con destruirlo), y por qué al falso movimiento ambientalista    —creado y costeado por el Club de Roma— se le pidió que declarara la guerra a dicha fuente energética. Generando fuerza eléctrica barata y abundante a partir de reactores nucleares, los países en vías de desarrollo se volverían, poco a poco, independientes de la ayuda externa norteamericana y podrían consolidar su soberanía.

El Club de Roma

¿Cómo pueden los conjurados tener al mundo en sujeción, y más concretamente a los EE.UU., Alemania, y GB? Uno de los interrogantes que surgen con más frecuencia es: ¿cómo puede una sola entidad estar al tanto de lo que sucede en todo momento, y de qué manera ejerce su dominio? La única forma de afrontar la realidad es nombrar y comentar algunas de las sociedades secretas, organizaciones de fachada, organismos gubernamentales, bancos, compañías de seguros, empresas multinacionales, la industria petrolera y los cientos de miles de entidades y fundaciones cuyas figuras más destacadas componen el Club de los 300.

El Club de Roma sigue siendo uno de los brazos más importantes del Club de los 300, en lo que se refiere a política exterior; el otro es el grupo de Bilderberger, que se formó en 1968 a partir de miembros incondicionales del grupo original.

Además, el Club de Roma es una organización general coordinadora, una especie de matrimonio entre financistas angloamericanos y las familias que integran la ancestral nobleza europea, en particular la de Londres, Venecia y Génova. La clave para el dominio exitoso del mundo está en su capacidad para crear y dirigir atroces recesiones económicas y futuras depresiones financieras. El Club de los 300 aspira generar convulsiones sociales a escala planetaria, seguidas de depresiones, pues ve en ellas un medio de allanar el terreno para sucesos de mayor trascendencia.

El Club de Roma posee su propia central de inteligencia, y toma prestados además agentes de la Interpol y de todos los organismos de inteligencia de EE.UU., así como el MI6 (GB), la DGCE (Francia) y el Mossad Israelí. El Club de Roma pasa desapercibido, ese es su rol.

La terrible realidad (2014) producto del gobierno del Club de los 300

Qué bonito mundo: Las 300 mayores fortunas acumulan más riqueza que los 3.000 millones de pobres. Sin embargo esto empeora según lo afirma el profesor Jason Hickel de la Escuela de Economía de Londres, asesor del movimiento The Rules, que lucha contra la desigualdad: las 200 personas más ricas tienen aproximadamente 2,7 trillones de dólares, y eso es mucho más de lo que tienen 3.500 millones de individuos, que tienen un total de $2,2 trillones. Jason Hickel, citando un estudio reciente de la ONG Oxfam, recalca que el 1% de los más ricos aumentó sus ingresos en un 60% en los últimos 20 años, con la crisis financiera acelerando este proceso en vez de frenarlo.

«Durante el período colonial, la brecha entre los países ricos y los pobres aumentó 35 veces. Desde entonces, la brecha ha crecido hasta un nivel de 80 a 1. El crecimiento de la brecha se debe a las políticas económicas neoliberales que instituciones internacionales como el BM, el FMI y la OMC, todas dirigidas por el Club de los 300, han impuesto a los países en desarrollo durante las últimas décadas. Al liberar los mercados a la fuerza, abriéndolos con el fin de dar a las multinacionales un acceso sin precedentes a tierra barata, recursos naturales y mano de obra, los países pobres pierden alrededor de 500.000 millones de dólares por año de su PIB. (Robert Pollin, Universidad de Massachusetts).

Según Jason Hickel, se trata de un obvio flujo neto de riqueza desde los lugares pobres a las zonas ricas. Los gobiernos ricos ovacionan constantemente cuánto gastan en ayudas para los países en desarrollo y las empresas multinacionales comprueban esto mediante los informes anuales, pero ninguno confiesa lo mucho que sacan de esos píses. Las ayudas son directamente proporcionales al rendimiento del capital.

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